Esta Navidad no te rindas, mira a lo altoMuestra

Tu tierno pero poderoso Salvador

¿Sabías que miles de años antes de que nacieras, Dios ya sabía lo que necesitabas?

Dios sabía que necesitabas fuerza extra para no rendirte.

Dios sabía que necesitabas un Salvador tan grande que toda la Vía Láctea no podría contenerlo.

Dios sabía que necesitabas un Salvador tan compasivo y bondadoso para ir a Él en los tiempos de dolor y sufrimiento.

Siglos antes del nacimiento de Jesús, el profeta Isaías anunció que Dios enviaría a Su Hijo a la Tierra. Fue 700 años antes de la primera Navidad.

Él nos dijo que el Salvador sería tanto poderoso como cercano —que sería lo suficientemente poderoso como para salvarnos y al mismo tiempo tierno y bondadoso.

Más admirable aún, Dios nos dice que Jesús tendría una relación personal con nosotros.

Es una predicción asombrosa.

Dios nos dice en Isaías 40:

“¡Alza con fuerza tu voz! Álzala, no temas; di a las ciudades de Judá: "¡Aquí está su Dios!" Miren, el Señor omnipotente llega con poder, y con su brazo gobierna. Su galardón lo acompaña; su recompensa lo precede. Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con cuidado a las recién paridas” (Isaías 40:9-11 NVI).

Isaías no sólo predijo la ternura de Jesús sino también Su enorme poder.

“A los ojos de Dios, las naciones son como una gota de agua en un balde, como una brizna de polvo en la balanza. El Señor pesa las islas como si fueran polvo fino” (Isaías 40:15 NVI).

Luego Isaías lo hizo personal y aplicó la venida de Jesús a nuestras vidas a día de hoy.

“Alcen los ojos y miren a los cielos: ¿Quién ha creado todo esto? El que ordena la multitud de las estrellas una por una, y llama a cada una por su nombre. ¡Es tan Grande su poder, y tan poderosa su fuerza, que no falta ninguna de ellas!... ¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, Creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil" (Isaías 40:26, 28-29 NVI).

No sé qué problemas tendrás esta Navidad, qué cargas estarás sobrellevando; qué dolor, miedo, ansiedad o confusión puedes estar sintiendo, pero estoy seguro de que:

Tu Creador está aquí por ti —con la fuerza de un tsunami y la delicadeza de un bebé, nacido en un pesebre hace más de 2.000 años.

Reflexiona

• Recuerda un problema que haya requerido el poder de Dios. ¿Cómo te acercó más a Él esa experiencia?
• ¿Cuán importante es para ti comprender la delicadeza de Dios en tiempos difíciles?
• ¿Qué sientes al saber que Dios conocía tus necesidades mucho antes de que hubieras nacido y que planeó enviar a Jesús para afrontarlas?