Amistad con DiosMuestra
Día 6 – Riéndose con Dios
Reír es una de mis cosas favoritas. ¿Te acuerdas la sección en la revista “Selecciones” llama “La Risa es la mejor medicina”? Cada publicación tenía nuevos chistes enviados por lectores. Unos no tenían mucha gracia, pero otros me dejaban partido.
¿Sabías que Dios también se interesa en reírse y jugar contigo ? ¿Qué buena amistad no involucra el elemento de juego o de diversión? No se me ocurre ninguna amistad en mi vida que haya pasado la prueba del tiempo que no incluyera algo de diversión en algún momento.
Veo la importancia de esto cuando Jesús le dice a Sus discípulos que a menos que seamos como niños, no entraremos en el Reino de los Cielos. Jesús no nos está llamando a ser infantiles, ya que Pablo describe tal comportamiento como lo opuesto a ser maduros. Lo que Él nos está diciendo es que seamos como niños. Los niños están llenos de esperanza. Confían con entrega absoluta. Aman reírse y jugar con sus padres y disfrutan lo que ellos les dicen o lo que cualquier otro diga.
¿Y si nosotros nos convirtiésemos en ese tipo de adultos que confía en nuestro Dios sin reservas y nos riésemos con Él y jugásemos con Él y disfrutásemos lo que Él dice de nosotros en lugar de lo que dice el mundo? ¿En quién nos convertiríamos?
Hoy, piensa en cosas que te produzcan alegría. ¿Qué te hace reír? Si tienes hijos, ¿Qué te gusta hacer con ellos? ¿Qué te gustaría jugar y de qué te gustaría reírte con tu Padre?
Acerca de este Plan
Amistad con Dios se trata de hacer crecer tu relación con Dios. A través de las escrituras, encontramos varios nombres para Dios. Consolador, Señor, Protector, Proveedor, y muchos más. Una de las palabras con las que Dios se definió a sí mismo y que me sacudió mucho es que se llama a sí mismo mi amigo. ¿Cómo se vería nuestra vida si viviésemos como si Dios realmente fuese nuestro amigo? ¡Esto ha cambiado mi vida y espero que cambie la tuya también!
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