Jesús el Creador, Carpintero, Jardinero y ReyMuestra

Cada diciembre, celebramos la encarnación de Jesús recordando esa primera mañana de Navidad.

La próxima vez que llegue el adviento y fijes tus ojos en el bebé en el pesebre, te animo a que amplíes la apertura para ver el resto de la escena. Tómate un momento para enfocarte no solo en el rey recién nacido, sino también en el hogar en el que nació y lo que eso significó para el trabajo futuro de Jesús.

Desde el principio de los tiempos, Dios sabía que tendría que enviar a Jesús a la tierra para rescatarnos. Sabiendo esto, y conociendo el propósito final de la vida de Jesús en la tierra, el hecho de que Dios escogió que Jesús creciera en el hogar de María y un carpintero llamado José debería detenernos en nuestro camino.

Dios podría haber puesto a Jesús en una casa sacerdotal como el profeta Samuel o Juan el Bautista. Pudo haber crecido en la casa de un fariseo como el apóstol Pablo. Pero en cambio, Dios colocó a Jesús en la casa de un artesano, haciendo un trabajo que probablemente se parecía mucho al trabajo que tú y yo hacemos hoy.

El erudito bíblico Dr. Ken Campbell ha señalado que la palabra griega tektōn que la mayoría de nuestras Biblias traducen como "carpintero" en Marcos 6:3, se traduciría con mayor precisión como "constructor". alguien que “trabajó con piedra, madera y, a veces, metal” para crear cosas nuevas. Según el Dr. Campbell, Jesús y José esencialmente operaban una pequeña empresa familiar, "negociando ofertas, asegurando suministros, completando proyectos y contribuyendo a los gastos de manutención de la familia".

¿Te suena familiar? Debería. En la cultura judía del primer siglo, probablemente eran artesanos y artesanos como Jesús y José, cuyo trabajo se parecía más al nuestro.

Esa verdad da gran dignidad y significado al trabajo que tú y yo hacemos para reorganizar la creación cada día. Si alguna vez duda de que tu trabajo sea importante o que tu llamado sea tan importante como el de un pastor o un "misionero de tiempo completo", recuerde la Navidad. Recuerda que ese pequeño bebé crecería para arremangarse y recordarnos las bondades del trabajo.