¿Qué está haciendo Dios?Muestra

ESCUCHANDO

El concepto de escuchar a Dios puede ser confuso. Si analizamos la Biblia, veremos algunos ejemplos aislados de Dios apareciendo y hablando a través de medios sobrenaturales imposibles de pasar por alto: una zarza ardiente, una voz atronadora, un burro que habla. Aunque creo que a todos nos encantaría que Dios fuera tan obvio cuando nos habla, en realidad es algo muy poco frecuente a lo largo de la historia. Más a menudo, vemos a Dios hablando mucho más suavemente…mucho más sutilmente. 

Un ejemplo perfecto es la historia que estás a punto de leer. El profeta del Antiguo Testamento, Elías, estaba al límite de sus fuerzas: cansado, harto, dispuesto a rendirse. Entonces, Dios vino a conversar con él. Y mientras Elías se esconde en una cueva en medio de la nada, se desarrolla esta loca serie de eventos. Desde el interior de la cueva, Elías es testigo de todo tipo de desastres naturales: ¡el desierto está siendo destrozado! Y entonces, oye el sonido de un suave susurro, y es entonces cuando sale listo para escuchar a Dios. 

Si yo fuera Elías en esa cueva y supiera que Dios venía a hablar conmigo, probablemente lo habría esperado de manera grande y obvia. Cuando los incendios y los terremotos están a mi alrededor, yo pensaría: “Allí está el Creador todopoderoso del universo”. Pero Dios prefiere hablarnos en susurros. Es amable con nosotros. Más que eso, ahora vivimos con la ventaja de tener a Dios mismo como el Espíritu Santo viviendo dentro de nosotros. Podemos escuchar a Dios porque Él ya está ahí, más cerca de lo que nos damos cuenta. 

Pero aquí está el problema: si Dios habla en susurros, vamos a tener que quedarnos en silencio si queremos escucharlo. ¿Podrías escuchar un susurro por encima de la música constante en tus auriculares, el horario demencial que tienes o el bombardeo constante de pantallas? ¿Cuándo fue la última vez que bajaste el ritmo, te quedaste en silencio y realmente escuchaste ese suave susurro de Dios? Después de leer este pasaje, tómate un par de minutos para intentarlo.