Seguidores de Jesús: un devocional para Semana SantaMuestra
Viendo a Jesús hoy
¿Cómo te imaginas a Jesús?
¿Cuando piensas en Jesús, qué imagen de Él te haces en tu mente?
Han sido muchos los intentos, a lo largo de la historia, de tratar de mostrar una imagen física de Jesús. Los relatos evangélicos no tienen especial interés en esta cuestión, no tenemos ni una sola descripción de cómo era físicamente Jesús. Ni su altura, ni su color de ojos o cabellos, etc. Podemos sugerir que al ser judío palestino seguramente su piel era de color oliva, sus ojos oscuros y su nariz típica, características todas de la población judía del siglo I. Probablemente podríamos pensar que su cabello era negro y largo, que llevaba la barba, que era algo muy valorado en estas culturas orientales. Su vestimenta sería una túnica sin mangas, acompañada de un cinturón que la ceñía, quizás un manto y por calzado unas sandalias. Podría completar el cuadro una vara, como ayuda para el camino. Esto es lo que podemos más o menos imaginar. Sin embargo la Biblia no tiene el más mínimo interés en estas cuestiones.
Para la Escritura, el carácter y la dignidad de las personas es lo realmente importante. Como la descripción que realiza Apocalípsis 1 de Jesús.
Esta visión de Jesús es sumamente relevante. Nos muestra que, en contraste con cualquier personaje humano por muy importante o famoso que pueda ser, Él es infinitamente más imponente.
La descripción es gloriosa, desde su ropa pasando por su cabeza y cabellos que nos hablan de su dignidad, o sus ojos con mirada penetrante de la que nada ni nadie puede esconderse. Y que decir de su voz o de la espada que sale de su boca, y su rostro que ilumina como el sol. No en vano Él es la Luz. Todo esto solo puedo producir reverencia, cayendo ante Él, que se declara como el Vencedor sobre la muerte, quitando todo temor, porque Él vive.
Esta es hoy la imagen real de Jesús. Y aunque no satisface nuestra curiosidad sobre su aspecto físico, nos muestra, a través de elocuentes símbolos, quién es Él en realidad.
Jesús es: El Dios eterno (vr. 17c); El Salvador viviente (vr. 18a); y El Soberano universal (vr. 18b).
Y ante tal descripción nos inclinamos ante Él y le adoramos.
Oración.-
En medio de la vida, con sus pros y sus contras, ayúdanos a tener una visión correcta de Tí, Señor. Quita de nosotros cualquier cosa que entorpezca esa auténtica realidad que es verte glorioso y vencedor. Nos inclinamos y caemos ante tu soberanía.
Escritura
Acerca de este Plan
Te invitamos a contemplar a Jesús desde la perspectiva de cómo el Señor Vencedor nos alienta y acompaña en nuestra vida cotidiana. Queremos ser seguidores de Jesús conscientes de nuestra dependencia en Él, proclamando su buen nombre y contemplándole en su estado glorioso actual, Soberano en medio de su Iglesia. Todo ello nos ayudará a vivir con la fe de Jesús.
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Nos gustaría agradecer a la Sociedad Bíblica de España por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.sociedadbiblica.org