Seguidores de Jesús: un devocional para Semana SantaMuestra
No os dejaré huérfanos
¡Qué alentador resulta saber que hay gente orando por ti! ¡Qué enriquecedor y consolador es orar por otros!
En Juan 17:6-26 Jesús ora por sus seguidores, por sus amigos. En el momento de su partida, a Jesús le preocupan sus amigos:
- Ora para que sean guardados (17:6-12)
- Para que sean santificados (17.13-19)
- Para que todos sean uno (17:20-23)
- Para que vean su gloria (17:24-26)
Las preocupaciones de Jesús por sus amigos distan mucho de nuestras preocupaciones, en términos generales, porque Jesús sabe cuáles son nuestras auténticas necesidades vitales y pide al Padre por ellas:
- Guardados del pecado y del mal. Sólo Él puede ser nuestro guardador.
- Santificados para hacer visible el nombre de Dios en nuestras vidas. Es en Jesús donde podemos ser santos a través de la obra del Espíritu.
- Siendo uno, para no escandalizar y ser tropiezo para otros. Jesús, nombre que une a todos los cristianos, y los une en torno a la escandalosa cruz.
- Viendo su gloria, la del vencedor para que nunca nos falte el ánimo y la esperanza. Aquel que fue levantado en gloria de entre los muertos.
Realmente Jesús conoce nuestras necesidades, sólo apegados firmemente a Él podemos ver respondidos nuestros anhelos.
Ya les prometió a sus discípulos:
No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros. (14:18 RVR2020)
Jesús está preparando a sus discípulos para el momento de su ausencia. Les da todo tipo de seguridades para que no se turben y estén tranquilos. No los dejará desamparados o huérfanos.
La palabra es "órfanos", de la que viene la española con el mismo sentido: literalmente sin padre; pero también se aplicaba a situaciones de desamparo y falta de protección, como en el caso de los discípulos o estudiantes privados de la presencia y enseñanza de un querido maestro.
Es un término con fuertes connotaciones en el A.T., donde el huérfano es el prototipo del que está a merced de los poderosos, es aquel con quien se cometen todas las injusticias (Is. 1:17,23). Sin embargo, los creyentes en Jesús nunca estarán huérfanos.
Pero dando un paso más, vemos lo maravilloso que es el misterio y ministerio de la trinidad:
Tanto Jesús en su ministerio (ha llamado a sus discípulos hijitos) como el Espíritu Santo (otro Consolador) se funden en un único papel con el Padre. Dios, uno en tres, llevando a cabo un mismo plan, afrontando cada situación como conviene, ejemplo divino de lo que significa el verdadero trabajo en equipo.
Antes de ir a la cruz, Jesús indica a los suyos que sin Él nada pueden hacer, porque Él es el vencedor, que ora por la gloria de Dios y por todos aquellos que le siguen, no dejándoles huérfanos.
Ahora viene la cruz.
Oración.-
Nos quebranta el ver tu interés por nosotros. Nos conmueve el poder contemplar al Dios trino trabajando para nuestra salvación. Gracias Señor por tu obra perfecta en la cruz. Gracias por permitirnos formar parte de una familia con Padre único y eterno.
Escritura
Acerca de este Plan
Te invitamos a contemplar a Jesús desde la perspectiva de cómo el Señor Vencedor nos alienta y acompaña en nuestra vida cotidiana. Queremos ser seguidores de Jesús conscientes de nuestra dependencia en Él, proclamando su buen nombre y contemplándole en su estado glorioso actual, Soberano en medio de su Iglesia. Todo ello nos ayudará a vivir con la fe de Jesús.
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Nos gustaría agradecer a la Sociedad Bíblica de España por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.sociedadbiblica.org