Sobreviviendo al dolor: devocionales para padres en dueloMuestra
¿Alguna vez te has preguntado si Dios está molesto por la intensidad de tu duelo? ¿Otros han tratado de aliviar tu dolor señalando hacia el cielo? He oído que el duelo de los cristianos debería ser diferente debido a nuestra esperanza en Cristo y en la vida eterna.
De hecho, incluso Jesús les dijo a los discípulos que si lo amaban, se regocijarían porque Él iba al Padre (Juan 14:28). Esta declaración, sin embargo, fue hecha justo después de que Jesús les dijera:
“Estas cosas les he dicho estando con ustedes. 26 Pero el Consolador[a], el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, Él les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he dicho. La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo".(Juan 14:25-27 NBLA).
Jesús les estaba hablando de Su muerte. Los tranquilizaba con la promesa del Espíritu Santo. Jesús quería que los discípulos entendieran que sin importar lo que enfrentarán después de Su muerte, podían tener paz. Su paz. La paz del Espíritu Santo, el Espíritu de Dios.
Es la única forma de sobrevivir a esto, amigo. Debemos invocar la paz de Dios para que nos bañe. Podemos pedir paz para reemplazar el dolor. Sólo Dios tiene el poder de sanar esta herida. Sin embargo, cuando este dolor se siente abrumador, pienso en este hecho: incluso Jesús lloró de tristeza (Juan 11:35).
¡Lo asombroso es que Jesús se sintió abrumado por el dolor a pesar de que planeaba resucitar al hombre muerto dentro de solo unos minutos! Cuando Jesús se encontró con el dolor de Marta y María, se sintió profundamente afectado. Jesús lloró. No reprendió a la gente por llorar de luto por Lázaro. De hecho, incluso cuando Marta y María le dijeron a Jesús cosas como: "¿Dónde estabas?" y "¡Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto!" Jesús no las reprendió por cuestionarlo o por clamarle en su angustia. En cambio, sintió compasión de ellas (Juan 11). Jesús lloró. Aunque planeaba resucitar a Lázaro de entre los muertos, Jesús aún lloró ante la tristeza que trae la muerte.
Creo que Jesús también llora por nuestro dolor. Las Escrituras nos dicen que Dios guarda nuestras lágrimas en Su botella y registra cada una de ellas:
“Lleva la cuenta de mis lamentos. Has recogido todas mis lágrimas y las has guardado en un frasco. Has anotado cada una de ellas en tu libro” (Salmo 56:8 NBV).
Acerca de este Plan
Cuando el hijo de Kim de tres años falleció, encontró varios recursos sobre el duelo. Pero dice que lo que necesitaba realmente, «era alguien que me aconsejase sobre cómo vivir, no solo para el duelo.» En este devocional de 5 días, Kim compartirá una cruda vulnerabilidad, un pozo profundo de sabiduría, y el conocimiento de alguien que ha estado ahí a medida que encamina a los padres en duelo hacia el proceso de la vida después de la muerte y el sobrevivir el dolor de la pérdida.
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