Propósito: Vivir renovadoMuestra

A la espera

Los tres primeros días de este Plan te han dado mucho que pensar. Sería comprensible si te sientes abrumada mientras intentas conectar los puntos entre lo que te apasiona, lo que haces bien y las cosas difíciles que has superado. En lugar de obsesionarte o estresarte con ello, aprovecha el tiempo de espera. Tal vez Él quiera enseñarte algo antes de mostrarte Sus planes para ti. 

En mi caso, necesitaba aprender a verme a través de los lentes de la verdad de Dios antes de poder ver Su propósito para mi vida. Hubo demasiadas veces que creí la mentira de que no tenía nada que ofrecer y casi dejé que eso me impidiera hacer lo que Dios quería que hiciera. Cuando estaba empezando en el ministerio, sentía que no sabía lo suficiente acerca de las Escrituras y que no tenía el talento necesario para hacer algo que valiera la pena. A pesar de mis inseguridades, le prometí a Dios que me sometería a todo lo que Él me pusiera por delante. Cuando salí de mi zona de confort y me ofrecí a servir, me sorprendió descubrir que lo que podía ofrecer era deseado y necesitado. La verdad es que nadie me vio nunca como incapaz o sin talento, mucho menos Dios. Sin embargo, le había dado más poder sobre mi vida, a las mentiras en mi mente que a la verdad de la Palabra de Dios.

Moisés también comprendía los sentimientos de insuficiencia. En el libro del Éxodo, Dios lo utiliza para liberar a los israelitas de la esclavitud egipcia y para darles las leyes judías que siguieron durante siglos. Moisés fue uno de los líderes más importantes de la historia de Israel, pero cuando Dios lo llamó para que asumiera ese propósito, no creía que estuviera capacitado para hacerlo. Incluso cuando Dios promete estar con él, Moisés insiste en que no es lo suficientemente bueno y le pide a Dios que envíe a otro. Haz una pausa y piensa en ello. Moisés está hablando con el Dios Todopoderoso que no está limitado por el tiempo, que sabe todo lo que hay que saber, y que todavía quiere usarlo. Eso debería ser suficiente para darle seguridad a Moisés. Sin embargo, ¿cuántas veces hacemos lo mismo?

En este momento, es posible que te sientas insegura de tu propósito o incluso incapaz de hacer lo que te sientes guiada a hacer. Pero puedes creer en la Palabra de Dios que dice que tienes dones y talentos únicos. Tal vez no puedas reconocer tus dones porque te parecen insignificantes en comparación con los de otra persona, o tal vez los das por sentado porque surgen con mucha facilidad. La verdad es que esas cosas que te salen de forma natural no son cosas que todo el mundo pueda hacer. Lo que tienes para ofrecer es especial, y estás destinada a desempeñar un papel importante en el Plan de Dios. Pregúntale a Él cuál es.

Si no estás segura de cómo escuchar a Dios, conócelo más. Lee Su Palabra, la Biblia, cada día. Desarrolla una vida de oración más fuerte hablando con Él y escuchándolo. Rodéate de personas que reflejen la imagen de Cristo. Trabaja para tener una relación íntima con Dios, y pronto serás capaz de distinguir Su voz cuando Él te indique qué hacer. 

Cuando te sientas perdida en el tiempo de espera, enfócate en escuchar a Dios. Aprende lo que Él dice sobre ti. Pídele que te ayude a detectar y a desechar las mentiras para que ya no tengan ningún derecho sobre ti. Considera cómo puedes practicar la obediencia ahora, en las cosas pequeñas, para que estés lista cuando Él te revele más. Pídele que te muestre en qué eres buena, y luego disponte a ofrecerle todo lo que tienes. Haz estas cosas mientras esperas por Él, porque a menudo, nuestro propósito está justo al otro lado de nuestra disposición a rendirnos y escuchar. 

Dios, gracias por crear un propósito específico solo para mí. Ayúdame a verme a través de tus ojos y a despojarme de todas las mentiras que me puedan detener. Ayúdame a creer que estoy hecha a Tu imagen y semejanza y que no hay nadie más como yo. Continúa refinándome y preparándome para el propósito que tienes para mí. Muéstrame el siguiente paso que debo dar para acercarme más a Ti y ayudar a llenar el espacio que hiciste para mí en tu iglesia. En el nombre de Jesús, amén.