Propósito: Vivir renovadoMuestra

Hay propósito en el dolor

A veces puede ser difícil ver cómo Dios puede utilizar el dolor de nuestro pasado para bien. Sin embargo, una y otra vez en la Biblia, vemos ejemplos en los que Dios toma las situaciones más oscuras y difíciles de la vida de las personas y las usa para Su gloria. 

Génesis 37-50 cuenta la historia de José, cuyos hermanos estaban tan llenos de celos y odio hacia él y lo vendieron como esclavo. Por si fuera poco, las mentiras de la esposa de su amo lo llevaron a la cárcel. Como muchas de nosotras, se enfrentó a sentimientos abrumadores de traición, rechazo y abandono, pero Dios allí estaba obrando. Finalmente, debido a sus circunstancias aparentemente irremediables, José se convierte en el segundo al mando luego del faraón, con el poder de salvar a su familia y a todo Egipto del hambre y la muerte. Al mirar hacia atrás, José es capaz de reconocer que Dios nunca lo abandonó, sino que siempre estuvo coordinando en silencio un milagro. 

Como José, todas experimentamos dolor y angustia. Algunas incluso sufrimos tragedias indecibles o abusos inexcusables. Sin embargo, historias como esta nos dan la esperanza de que, con Dios, podemos encontrar un propósito en nuestro dolor. 

Muchas veces, nuestras heridas nos dan la oportunidad de impactar positivamente en este mundo de una manera que nadie más puede. He oído decir que solo los que han perdido a un padre pueden entender realmente lo que es una pérdida. Y es cierto. La pérdida de mi padre sigue doliendo hoy, pero ahora veo que me da la capacidad de hablar a los demás y reconfortarlos a un nivel que pocos pueden. Según mi experiencia, nuestro dolor puede llevarnos hacia nuestro propósito.

Tal vez, debido a tu pasado, estás especialmente capacitada para dar a alguien esperanza para su matrimonio, o tal vez los desafíos que estás enfrentando con tu hijo adolescente pueden ayudar a otras familias a reconocer las señales de advertencia de autolesión. Tal vez, debido a tus luchas, puedas ayudar a alguien a superar la infertilidad, la adicción o el diagnóstico de cáncer. Sea cual sea tu historia, hay belleza y poder al elegir ser lo suficientemente vulnerable como para compartir tu testimonio con los demás. 

Si actualmente estás viviendo una temporada difícil, puede que no seas capaz de pensar en lo que Dios tiene para ti en el futuro. Y está bien. En este momento, no tienes que saber cómo Dios usará tu dolor. Solo debes saber que Él lo hará. Deja que eso te dé esperanza para seguir adelante.

Dios, gracias por prometerme que no dejarás que todas las cosas difíciles que he pasado en mi vida sean en vano. Gracias por prometerme que harás que TODAS las cosas obren para mi bien. Jesús, te entrego todas las piezas oscuras, feas e imperfectas de mi pasado y confío en que las convertirás en algo hermoso. Sáname y muéstrame cómo utilizar mi pasado para tus propósitos. Lléname de esperanza y confianza en ti. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.