20/20: La visión de Dios para mi vidaMuestra

Evidencia falsa que parece verdadera

Por Linda Godsey

Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Salmo 34:4

¿Sabías que detrás de cada temor hay una mentira? Una vez oí a alguien decir que las letras de la palabra temor en inglés (FEAR) significan False Evidence Appearing Real (Evidencia Falsa que Parece Verdadera). En otras palabras, el temor viene de creer mentiras.

Algunos temores son racionales, respuestas naturales dadas por Dios—como cuando tu seguridad física o mental están bajo amenaza. Estos tipos de temores te mantienen seguro y alerta en caso de peligro. Son temores sensatos y de precaución. En contraste, los temores irracionales no tienen razón ni base, y el enemigo los usa para establecer fortalezas en tu mente. Mucha de la esclavitud espiritual tiene su raíz en temores irracionales. El enemigo te miente sobre tu identidad, sobre la identidad de Dios y sobre lo que otros piensan de ti. Es necesario ser desatados de esas mentiras para experimentar la libertad verdadera.

No es que no vayas a sentir temor algunas veces, sólo significa que no correrás ni huirás cuando te enfrentes a un reto. También significa que no dudarás ni te alejarás cuando Dios te llame a ir a nuevo nivel. No aceptes las mentiras del enemigo que evitan que alcances tu destino divino.

Pero ¿cómo resistimos las mentiras del diablo? Según Santiago 4:7 simplemente debemos hacer lo siguiente: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” Pregúntate “¿Qué dice la Palabra de Dios sobre este tema que me causa temor? ¿Cuál es la verdad de Dios?” Para ser libre del temor, primero debes aprender a ver todo a través del filtro de la perspectiva de Dios en lugar de tus limitantes humanas o las mentiras del diablo.

Hace muchos años, Dios me mostró que las áreas donde el temor me atacaba eran en las que no tenía o no había experimentado Su amor. De acuerdo con la Palabra de Dios, Él quiere mi bienestar…Él es mi soporte! La Escritura nos dice “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” (1 John 4:18). Ese es uno de los versículos más tierno de la Biblia, y es el corazón de Dios para ti y para mí.

Cuando mi familia vivía en California, un hombre con un don profético muy fuerte ministró al equipo de la iglesia donde yo trabajaba. Recuerdo vívidamente las palabras que me dijo. Me llamó por mi nombre y dijo “Dios te librará del espíritu de temor.” Luego citó 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” Y claro que creí lo que dijo, pero no comprendí el grado de esclavitud que tenía en mi vida. Durante los días siguientes, busqué al Señor en oración y ayuno para descubrir lo que significaba.

Durante mi ayuno, Dios me dio una visión de una serpiente larga y negra que me envolvía y no me dejaba moverme. Me mostró que el temor me inmobilizaba y dejaba mi vida incapacitada. En mi caso, el temor entró en mi vida generacionalmente—nací en una familia que se basaba en el temor. Y luego, diferentes eventos y experiencias en mi vida temprana afianzaron esas fortalezas. No tenía idea de lo mucho que el enemigo me había robado del destino que Dios me había dado. Por Su gracia, Dios me liberó del espíritu de temor y comencé mi viaje caminando en libertad…un viaje que todavía estoy caminando hoy. Mi Padre celestial expone contínuanete las mentiras y el engaño donde el enemigo busca atraparme y robarme las bendiciones de Dios.

Hace algunos años leí una frase maravillosa que resume lo que Dios me mostró sobre el temor hace más de 25 años:

El temor es un ladrón. Erosiona nuestra fe, saquea nuestra esperanza, se roba nuestra libertad y se lleva nuestra alegría de vivir la vida abundante en Cristo. Las fobias son como los anillos de una serpiente: mientras más cedemos a ellas, más fuerte aprietan. Cansados de luchar, sucumbimos a la tentación de rendirnos a nuestros temores, pero lo que parecía una salida fácil se convierte, realmente, en una cárcel de incredulidad: una fortaleza de temor que nos mantiene cautivos. (Neil Anderson, Libérate del Temor/em>)

El apóstol Pablo nos dice que no ignoremos las maquinaciones del enemigo. Aprendí temprano que ¡el enemigo frecuentemente te ataca disfrazado de ti mismo! Pídele al Señor regularmente que identifique tus temores. ¿Qué ha pasado en tu vida que ha abierto la puerta al temor? ¿Qué mentiras has creído?