Siguiéndolo

Como seguidor de Cristo, puede ser fácil decir que sabes y entiendes cuál es tu papel como cristiano. Sin embargo, hay una gran diferencia entre conocer a cerca de Cristo y caminar en obediencia a Él. Para seguir bien a Cristo, estamos comprometidos y llamados a ser obedientes a Sus mandatos. Pero es más fácil decirlo que hacerlo.

Quizás estés atravesando una relación rota con un familiar, cónyuge o amigo. Quizás estés enfrentando desafíos sobre los que no tienes control, como perder a alquien que conoces y amas, o una enfermedad o lesión que te ha afectado a ti o a alguien que conoces. Es posible que te estés adaptando a un nuevo trabajo o etapa de la vida y descubras que es más difícil de lo previsto. Pruebas y circunstancias como éstas pueden nublar nuestro enfoque y distraernos del Señor y de lo que Su Espíritu Santo nos está llamando.

Pero eso es todo. Esa es la belleza del evangelio y por qué necesitamos a Jesús. ¡Él quiere ser parte de nuestras vidas! Y debido a eso, simplemente no podemos hacer la vida por nuestra cuenta. Cuando somos obedientes al Señor, Su amor y gracia se manifiestan a medida que nos parecemos más a Él.

"Cumple los mandamientos del Señor tu Dios, témelo y sigue sus caminos" (Deuteronomio 8:6 NVI).

La obediencia activa es confiar en Dios en Su palabra. En la práctica, esto significa que en medio de las pruebas de la vida, nos mantenemos obedientes a lo que Su palabra nos dice que hagamos, confiando en que Sus caminos son mejores que los nuestros (Isaías 55:8-9). Es como una sumisión a la obra del Espíritu Santo en nuesta vida para transformarnos a la imagen de Jesús.

Cuando somos obedientes, nuestra obediencia conduce a los milagros de Dios y muestra Su fidelidad. El acto de obediencia es nuestra manera de mostrarle a Dios que confiamos plenamente en Él y que le estamos dando el control total de nuestras circunstancias y vida.

La obediencia es una hermosa manera de humillarnos ante nuestro Padre y decir: "Señor, en mi obediencia hacia Ti, te confío todo y tengo fe en que en todo lo que me llames, es parte de un propósito para mi vida."En esto, verdaderamente no hay mejor vida para vivir que una en obediencia a nuestro Dios.

Señor, te agradezco que me hayas dado la oportunidad de seguirte y ser obediente a Ti. Te agradezco por el amor y la gracia que tienes por mí. Te agradezco que a través de Tu hijo, Jesús, puedo tener una relación contigo y que me has llamado Tu hijo. Padre, sin importar los altibajos que tiene la vida, ¿me ayudarías a ser obediente a Ti en todo lo que hago? ¿Tu palabra estaría escrita en mi corazón y me ayudarías a escuchar Tu voz con claridad?

Oro mientras elijo obedecerte, Tú aumentarás mi fe y confianza en Ti. En Isaías 55:8, dices, "porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos", así que Padre, dame fuerzas para confiar en Tus planes y decirte "sí" incluso cuando es difícil. Desde cada pequeña cosa que haga, hasta cada gran decisión que tome, que sea conforme a Tu palabra para que Tú seas glorificado en mi vida, amén.

"Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por Sus caminos." (Salmos 128:1 NVI)

Este devocional fue provisto por Troy Francis de Compassion International, Human Resources Info Systems Analyst and Child Advocate