Él Nos Dio Profetas: "La Labor de un Profeta"Muestra
Isaías como Emisario del Pacto: Isaías 6:1-8
La bien conocida historia de Isaías 6 ilustra la importancia de este modelo emisarial muy claramente. Aunque no se menciona un pacto explícitamente en este capítulo, la idea de que los profetas son fiscales del pacto, los emisarios del gran rey, guía toda la presentación de Isaías capítulo 6. En los primeros cinco versículos, Isaías recibe una visión. En esta visión, él observa a Dios en Su trono celestial. En Isaías capítulo 6, versículo 1, el profeta reportó que vio a Dios.
Sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
Cuando fue confrontado con la visión, Isaías exclamó, en el versículo 5:
Han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Este pasaje hace explícito cómo el profeta entendía a su Dios. Dios era el rey de Su pueblo, el soberano o el emperador que era alto y sublime como Señor de todo. El profeta tuvo el privilegio de entrar en la presencia de este soberano divino. Aun así, tenemos que preguntar por qué fue invitado Isaías a ver la Gloria del trono de Dios. El reconoció porqué inmediatamente. Isaías vio el trono de Su soberano y dijo esto, en el capítulo 6, versículo 5:
¡Ay de mí! Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos.
Isaías había sido llamado a la presencia del Soberano Divino porque se había hecho pecado serio y extenso en la nación vasalla. Ésta es la razón normal del porqué los profetas son llamados en el Antiguo Testamento. El pueblo de Dios deja de ser fiel al Señor del pacto, y Dios llama a Sus profetas para enjuiciar a los violadores del pacto. En el capítulo 6, versículos 6 y 7, un serafín se acerca a Isaías y le limpia los labios con un carbón encendido. Esta limpieza hace posible que Isaías sirva a Dios como Su portavoz. Entonces en los versículos 8 al 13, Isaías recibe una comisión de enjuiciar a los violadores del pacto. En el capítulo 6, versículo 8, el Señor dice:
¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?
El Señor quiere a alguien para que sea Su emisario para Israel. E Isaías responde en aquellas bien conocidas palabras:
Heme aquí, envíame a mí.
Isaías acepta su llamado como uno que es enviado de parte del Gran Soberano a la nación de Israel. El resto del libro de Isaías ilustra cómo el profeta sirvió en esta función. El habló a los reyes y a otros líderes y a la gente. Él condenó las violaciones del pacto, y ofreció la esperanza de las bendiciones del pacto al pueblo de Dios. El modelo ilustrado aquí en Isaías capítulo 6 aparece en todas partes de la profecía del Antiguo Testamento. Los profetas eran emisarios que llevaban mensajes desde el trono del Gran Soberano, a Su nación vasalla Israel.
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Escritura
Acerca de este Plan
Este plan de lectura explora los títulos de los puestos, las transiciones y las expectativas de un profeta.
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