Cuando el Matrimonio se Pone DifícilMuestra

La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa. Proverbios 19:11

Una anciana abuela fue a almorzar con su nieta la cual estaba a punto de casarse. La nieta siempre había admirado el matrimonio de sus abuelos. Cincuentaicinco años después, ella quería seguir casada, igual que ellos. Entonces, ella tomó esta oportunidad para extraer un poco de sabiduría de su abuela acerca de cómo mantener un matrimonio sólido.

“Abuela,” ella preguntó. “¿Qué fue lo que hiciste para tener un matrimonio tan duradero y satisfactorio?”

“Oh, es sencillo,” su abuela respondió sin titubear. “Cuando me case decidí hacer una lista de diez de los defectos de tu abuelo, por el bien de nuestro matrimonio, de los cuales decidí que pasaría por alto.”

“¿Tú hiciste eso?” la futura novia pregunto. “¿Cuáles eran algunos de esos defectos?” prosiguió, viendo un ejemplo que podría ayudarle a ella misma a hacer una selección.

“No sé.” respondió su abuela. “En realidad nunca los puse en una lista. Pero cuando el abuelo hacia algo que me enfurecía, me decía a mi misma, “tienes suerte que ese sea uno de los diez”.

Si te has casado, ya en estos momentos debes saber que no te casaste con un ser humano perfecto. Todos tenemos defectos, debilidades, incluso, cosas extrañas. A menudo, estas cosas no se asoman a la superficie sino hasta después que has dicho “Acepto”. Al vivir con alguien 24/7 revela mucho. Desafortunadamente, andar descubriendo defectos es una de las cosas más trágicas que puede pasar en un matrimonio. Primeramente, porque hay muchos defectos que vas a encontrar, en ambos lados.

Pero Dios nos da la instrucción de cómo mantener un Espíritu de amor y unidad en nuestro matrimonio cuando nos dice en Proverbios que es nuestra propia honra pasar por alto las ofensas del otro. Una manera de hacer esto es siempre comenzar otorgando el beneficio de la duda. En lugar de saltar haciendo conclusiones o dictámenes rápidos acerca de las culpas y defectos de tu cónyuge, de su errores o particularidades, piensa lo mejor en primer lugar. Que eso sea el fundamento de las preguntas que buscas entender en la situación que se te presenta. Luego, si realmente hay culpa, (lo cual será así de vez en cuando) pásala por alto. No porque nosotros te lo estemos diciendo, sino porque es Dios quien te lo dice.

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