Unidad en la Diversidad.Muestra

7. - UNIDAD EN LA VISIÓN

Definir su visión se ha convertido en una clara prioridad para organizaciones cristianas e iglesias a fin de asegurar el éxito. A menudo, esta tarea viene no exenta de dificultades casi siempre provocadas por las diferencias existentes entre las personas concernientes. La perspectiva de lo que representa estar unidos en la visión según Pablo, en el capítulo cuatro de su carta a los Efesios, se desprende de su ruego por que vivamos de una forma digna de nuestro llamamiento en Cristo Jesús (v.1) y se enmarca en tres aspectos fundamentales.

En primer lugar (v.1-2), nuestra visión debe apuntar a nuestro corazón, al cómo debemos ser. Pablo nos insta a cuidar de nuestro carácter en relación a nuestra convivencia como cuerpo: humildad, amabilidad, paciencia y tolerancia.

En segundo lugar (v.7-16), nuestra visión debe apuntar a nuestras manos, al cómo debemos hacer. Pablo, concretamente, nos exhorta a usar los dones que nos han sido repartidos. El llamado en Cristo lleva a la acción para el servicio y la edificación del cuerpo a fin de llegar a la plena estatura de Cristo (v.13). 

En tercer lugar (v.17-29), nuestra visión apunta a nuestra mente, al cómo debemos pensar. Pablo nos insiste para que vivamos las enseñanzas recibidas; el  fruto se ve en una mente renovada y a su vez, en un ropaje nuevo que refleja una conducta transformada.

Según los diseños del mundo, la vida de Pablo puede parecer un fracaso, puesto que está en prisión en el momento de escribir esta carta, y por consecuente sus exhortaciones inútiles. Lo mismo pueden parecer nuestras vidas e iglesias. Sin embargo, la promesa es que si vivimos como cuerpo en unidad de visión cuidando mutuamente nuestros corazones, manos y mentes, llegaremos a “ser en todo como aquel que es la cabeza del cuerpo, es decir, Cristo” (v.15), “una humanidad perfecta” (v.13). No hay mayor éxito. No hay mayor recompensa. 

Edith Vilamajó

Acción de gracias:

· Agradecemos tu promesa de que si vivimos con una visión de unidad y crecimiento como iglesia, habrá una recompensa maravillosa.

Confesión:

· Estamos faltos de visión, Señor. Te necesitamos a nuestro lado siempre. 

· Te pedimos perdón, amado padre, por las veces que no vemos como tú ves, no amamos como tú amas, ni sentimos como tú sientes.

Petición:

· Ayúdanos a mejorar nuestro corazón y cuidar nuestro carácter en relación a nuestra convivencia como iglesia. Danos mas humildad, paciencia y tolerancia.

· Ayúdanos a mejorar nuestra forma de ver nuestros dones para servirte mejor.

· Ayúdanos a pensar como tu piensas, para que esto nos lleve a una visión adecuada de ti, de tu reino, de nosotros mismos, de la humanidad y de nuestra misión en este mundo.