Dios, ¿dónde estás? Con John BevereMuestra

Una perspectiva positiva

Un desierto espiritual no tiene que ser un tiempo negativo si estamos ansiosos por obedecer a Dios. Sé que esto suena contradictorio, pero el propósito del desierto es bastante positivo: capacitarnos, purificarnos, fortalecernos y prepararnos para un nuevo mover del Espíritu de Dios, lo que hará que seamos más fructíferos.

Sin saberlo, al entrar en el desierto, muchas personas entran en pánico y se comportan de manera imprudente. Sin entender, buscan y hacen cosas malas. Un ejemplo podría ser un cambio radical de carrera o cambiar de una iglesia a otra, cualquier movimiento drástico en su vida que piensen que traerá felicidad instantánea o restaurará lo que era normal. Para una persona soltera, podría ser dar el salto hacia una nueva relación después del dolor de una ruptura dolorosa.

Si buscas una ruta de escape antes de entender por qué Dios te tiene en una situación particularmente seca, sin querer prolongas tu tiempo en el desierto. Esto puede causar más dificultades, frustración e incluso derrota, porque no entiendes la estación o el lugar al que Dios te ha llevado.

Este fue el caso de los hijos de Israel durante sus cuarenta años en el desierto. Lo que iba a ser un viaje por el desierto de un año se convirtió en una experiencia de por vida. ¡Ay! La falta de comprensión de lo que les estaba pasando hizo que toda una generación no fuera apta para heredar la Tierra Prometida.

El propósito de Dios al llevar a los hijos de Israel al desierto era probarlos, entrenarlos y prepararlos para que fueran guerreros poderosos capaces de capturar y ocupar su promesa divina: una nueva patria. Pero en cambio, los hijos de Israel percibieron erróneamente el desierto como un castigo, por lo que murmuraron, se quejaron y codiciaron constantemente.

¡Qué trágico! Si podemos aprender a reconocer cuando hemos entrado en una experiencia en el desierto, podemos evitar quejarnos y estar agradecidos de que más allá de este lugar hay una “Tierra Prometida” de nueva madurez, poder, bendición, oportunidad y promesa cumplida.

¿Cómo has visto tu temporada de desierto?