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Encontrando la pazMuestra

Finding Peace

DÍA 6 DE 17

Vivir sin arrepentimientos

Recuerdo que colgué lentamente el teléfono y luego dije mientras suspiré profundamente: "Bueno ... ya sucedió".

La voz al otro lado del teléfono era un abogado, notificándome que mi esposa había solicitado el divorcio.

Había vivido con amenazas de divorcio durante muchos años. Sin embargo, aun así, me sorprendió la noticia que me dieron.

Durante los siguientes días, muchas emociones y pensamientos diferentes pasaron por mi corazón y mi mente. No quería divorciarme. No sabía exactamente cómo proceder para evitar que ocurriera un divorcio. No sabía a quién contárselo, ni cómo debía decírselo. Sabía que eventualmente tendría que decírselo a toda la congregación de la iglesia que pastoreaba, y no tenía ninguna garantía de cómo responderían la junta o los feligreses. La única certeza fue la presión de prepararme y pronunciar el sermón del próximo domingo.

Incluso cuando mi mente corría a un millón de millas por segundo, sabía con absoluta certeza en el fondo de mi corazón estas verdades:

· A Dios no le sorprendió esta acción tomada en mi contra.
· Dios tenía el control de mi vida; había permitido que esto sucediera para Sus propósitos como parte de Su plan para mí.
· Él había prometido en Su Palabra que nunca me dejaría ni me desampararía. Él había prometido estar a mi lado en cada paso del camino; y por lo tanto, todas las cosas serían en última instancia para mi beneficio eterno si solo continuara confiando en Él completamente.

Los hechos inmediatos de la situación crearon confusión. La verdad inmutable acerca de Dios creó la paz.

Casi ocho años después de la llamada telefónica del abogado, se le concedió legalmente el divorcio que buscaba mi esposa.

La gente me ha dicho en los años posteriores: "Seguramente debes lamentar la pérdida de tu matrimonio ... que fallaste en tu lucha para salvar tu matrimonio ... que todos tus esfuerzos hacia la reconciliación no funcionaron".

Mi respuesta exterior ha sido mayormente silencio. Mi respuesta real e interna a tales comentarios es: Entristecido, sí. Lamento, no.

Si bien me entristece que mi matrimonio terminó en divorcio, no vivo con un sentimiento de arrepentimiento permanente. ¿Por qué? Porque el arrepentimiento tiene sus raíces en la culpa no resuelta. Sabía que tenía paz con Dios y, por lo tanto, el arrepentimiento y la culpa no son parte de mi vida.

He descubierto que la mejor manera de vivir sin arrepentimientos es mantener la conciencia tranquila. Elige vivir de tal manera que hagas lo mejor que puedas en cada tarea y relación, haciendo tu mejor esfuerzo para vivir de una manera piadosa. Elige confiar en Dios encadaárea de tu vida, no solo en las fáciles. Elige obedecerle y guardar sus mandamientos. Elige perdonar a los demás por completo. Y elige el camino que Dios te revela a seguir.

Si bien nadie puede hacer todo esto en su propio poder, con el Espíritu Santo residiendo en nosotros, podemos alejarnos de todas las formas de tentación para buscar la paz con nosotros mismos y con los demás, y continuar las buenas obras que Dios ha autorizado para nosotros que hagamos.

Día 5Día 7

Acerca de este Plan

Finding Peace

¿Quieres más paz en tu vida? ¿Quieres que la tranquilidad sea algo más que un deseo? Puedes obtener la paz verdadera, pero solo de una fuente: Dios. Únete al Dr. Charles Stanley mientras te muestra el camino hacia la paz mental que te cambiará la vida, ofreciéndote las herramientas para resolver los lamentos pasados, enfrentar las preocupaciones del presente y calmar las aprensiones sobre el futuro.

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Nos gustaría agradecer a In Touch Ministries por proveernos este plan. Para más información, por favor visita: https://intouch.cc/peace-yv