Encontrando la pazMuestra

Aprender a vivir con satisfacción

Para vivir con satisfacción interior, todo el enfoque de tu vida debe ser el Señor Jesucristo.

He tenido períodos cortos en mi vida en los que un problema o situación en particular me causaba noches de dar vueltas y vueltas, hora tras hora, sin poder dormir. He descubierto que lo mejor que puedo hacer cuando parece que no puedo dejar de pensar en un problema, una conversación o una crítica en particular, es levantarme de la cama, arrodillarme y clamar a Dios: “Por favor ayúdame con esto. Ayúdame a concentrarme solo en ti ".

El sueño llega cuando mi atención está en el Señor y en cómo Él quiere que piense o responda en mis emociones a una situación particular. El sueño es difícil de alcanzar cuando dejo que mi atención se centre en lo que otros han dicho, todas las cosas que pueden suceder o la dificultad de un desafío que se avecina. La elección es bastante simple: piensa en el Señor y Su abundante provisión, protección y amor, o piensa en todas las personas y circunstancias que intentan robarte la provisión, destruir tu vida o acumular odio sobre ti.

Pensar en el Señor trae paz a la persona. Pensar en cualquier otra cosa suele ser un atajo hacia la ansiedad, el miedo o la preocupación.

Cuando te enfocas en el Señor, es importante que lo veas en tu situación contigo, en ese momento. Demasiadas personas piensan que Dios está lejos. No ven a Dios como accesible o disponible para ellos en la inmediatez de sus vidas. La verdad es que Él está presente con nosotros en cada momento de cada día.

Puedo recordar el lugar más tranquilo en el que he estado: el mar de Galilea. Hace años, estaba en un lugar junto al mar que me parecía la definición misma de paz y tranquilidad. Sin embargo, en el mundo actual, la mayoría de la gente probablemente no pensaría en esa zona como pacífica. Hay solo unas pocas docenas de millas hasta Siria y el Líbano desde allí. La gente tiende a pensar en Israel como un punto caliente en el mundo, un lugar prácticamente sin paz.

Pero sentí una gran paz allí. ¿Por qué? Porque sentí al Señor allí. Sentí su presencia.

Es fácil para mí cerrar los ojos y ver al Señor caminando a mi lado a lo largo del Mar de Galilea. También me resulta fácil y beneficioso imaginar al Señor caminando a mi lado en cualquier cantidad de hermosos escenarios naturales que he experimentado en todo el mundo.

No son estosentornoslos que dan paz. Es la conciencia de Dios que siento en mi corazón cuando estoy en estos entornos lo que produce paz. Es ese sentido de "Dios conmigo" lo que es importante para mí recuperar, visualizar, ver con ojos espirituales, cuando los tiempos de problemas golpean mi vida.

Amigo, no importa dónde te encuentres en un momento dado, Jesús es la fuente de tu satisfacción. Ve al Señor caminando contigo en paz. Siente su presencia. Toma conciencia de Su asombroso poder y autoridad sobre tu vida. Cuando por fe entras en una relación personal con Cristo, viviendo con la seguridad de Su presencia y provisión en tu vida, te prometo queexperimentarásla verdadera paz.

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