¿Quién es el Espíritu Santo?Muestra

 Jesús prometió darte el Espíritu Santo 

¿Te imaginas intentar enviar un mensaje de texto a un grupo utilizando bolígrafo, papel y mandarlo a través de la oficina de correos? Imagina escribir cartas a mano a tus cinco amigos más íntimos, comprar sellos, rellenar sobres y enviarlos a cinco direcciones distintas. Después de esperar dos o tres días, las cartas empezarían a llegar a casa de tus amigos. Entonces, cada uno respondería con su propia carta, haciendo copias para cada persona del grupo y esperando unos días más para cada respuesta. ¡Uf! Me agoto sólo de pensarlo. Parece una tontería, ya que puedes hacer lo mismo en unos segundos con tu teléfono móvil.

El Espíritu Santo funciona así. Él hace posible que Jesús se comunique con cada uno de Sus seguidores en tiempo real en todo el mundo. Jesús solo podía estar en un lugar a la vez. Sus primeros discípulos no sabían mucho sobre el Espíritu Santo o Su propósito. Es por eso que Jesús pasó Sus últimos días en la tierra preparándolos para Su muerte. Ellos no sabían que Él estaba a punto de morir, y ciertamente no entendían por qué. Así que, en lugar de intentar confiarles todo Su plan de una vez, les hizo una promesa.

Él dijo que cuando se fuera enviaría a alguien más en Su lugar: el Espíritu Santo. Jesús no estaba diciendo que estarían intercambiando su relación con Él a cambio del Espíritu. En cambio, el Espíritu Santo vendría junto a ellos y les ayudaría a entender todo lo que Jesús había enseñado. Además, el Espíritu Santo podía enseñarles cosas nuevas mientras aprendían a escuchar Su voz.

Cuando el Espíritu Santo viniera, Él los guiaría a la verdad. Él no tendría Su propia agenda, sino que estaría totalmente comprometido a completar la misión de Jesús en la tierra. De hecho, el Espíritu Santo haría todo para traer honor a Jesús. Él transmitiría mensajes directos de Jesús a los corazones y mentes de todos Sus seguidores. Pero, aquí está la mejor noticia de todas: esa promesa no era solo para los discípulos que estaban sentados esa noche. ¡También era para ti!

Piensa en cómo eso cambió el juego. Antes de que Jesús nos diera acceso al Espíritu Santo, Jesús era la única fuente de información, y estaba limitado a estar físicamente en un lugar a la vez. Tenía que difundir Su mensaje una multitud a la vez. Pero, cuando el Espíritu Santo hace Su hogar en el corazón de cada creyente, el mensaje de Jesús es grabado en nuestros corazones.

Ahora, sin antenas o teléfonos móviles, el Espíritu Santo puede hablar directamente en nuestros corazones y mentes. Mañana, comenzaremos a explorar Su increíble poder que está disponible para nosotros en cualquier momento.