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VIVIR COMO UN ALIEN

Cuando viajamos nos esforzamos mucho para evitar que nos etiqueten como a «turistas», pero usualmente no pasa mucho tiempo hasta que alguien nos pregunta de dónde somos. La manera en que hablamos, nos vestimos y actuamos son pistas que nos identifican con nuestro hogar.

Este pasaje nos recuerda que nosotros nuestra identidad como cristianos no proviene de este mundo. Cristo nos llama a actuar de una manera que refleja nuestra nacionalidad celestial pero, a veces, nos mezclamos tan bien con la cultura que nadie nos llamaría cristianos.

Como cristianos, nuestras costumbre y los valores deben ser notablemente diferentes del mundo. Estos deberían reflejarse en nuestras palabras y acciones y mostrarse en nuestra manera de educar. A veces nos sentimos como aliens. Puede que se frunzan los ceños cuando decimos que «no» a películas inapropiadas o ropas provocativas. Pero puede que alguien esté intrigado por las costumbres y valores «inusuales» de nuestra familia.

¿No debería reflejar tu ciudadanía celestial el estilo de vida de tu familia?