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HAMBRUNAS

En la famosa historia del hijo pródigo, tuvieron que pasar una serie de eventos antes de que el niño rebelde «entrará en razón» y decidiera volver a su familia arrepentido. Se le acabó el dinero, fue abandonado por sus supuestos amigos y experimentó hambruna. Se encontró trabajando para una pocilga, con hambre por las miserables semillas que los cerdos comían. Nos encontramos asintiendo a que esto era lo que el niño necesitaba para volver a la fe de su padre.

Sin embargo, es un poco más difícil con nuestros propios hijos. ¿Con qué frecuencia pedimos a Dios que le de más fe a nuestros hijos, pero en una manera sea cómoda y fácil? Anhelamos por una persona guapa y amigable para invitarles al estudio bíblico, cuando lo que realmente necesiten sea «hambruna» que les demuestre que Dios es su mejor y verdadero amigo. Si realmente confiamos en Dios, tenemos que estar preparados para ejecutar Su plan en la manera que encaje con Sus propósitos, aunque requiera «hambruna».

A veces se necesitan luchas difíciles para que los niños vuelvan vagando a Dios.