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DEJANDO IR

No soy un gran fan de las barbas. Así que cuando mi hijo decidió dejarse crecer una, me dí cuenta que constantemente «sugería» que se la afeitase o que se la recortase. ¡Puedes imaginarte cuán contento estuvo cuando recibió una maquinilla para recortar barbas por Navidad! Finalmente, me dí cuenta que mis comentarios estaban afectando nuestros relación.

Cuando atosigamos a nuestros hijos a que pierdan peso, que se vistan según nuestros gustos, o que se corten el pelo, lo que ellos a menudo oyen es «Serías mucho más aceptable y valioso si tu apariencia fuese otra» Puede que veamos nuestras sugerencias como un manera de evitar que experimente rechazo o dolor de los demás. Irónicamente, nuestros comentarios pueden hacerles sentirse heridos o rechazados por nosotros.

¿Qué necesitas abandonar hoy para aceptar a tu hijo plenamente? Puede que sea su peso, su corte de pelo o sus decisiones sobre moda. Toma un tiempo para pensar por qué son importantes para ti estas cosas. ¿Has sacrificado tu relación con tus hijos intentando que se conformen a tu estilo?

Pide sabiduría y fuerza para amar a tus hijos tal y como son.