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PON A DIOS PRIMERO

Enfoquémonos en el pensamientos detrás de este pasaje, en vez de su difícil enseñanza sobre la conveniencia del matrimonio. Pablo entendió la tensión a la que un hombre o una mujer puede enfrentarse cuando están casados y tienen una familia. El tipo de responsabilidad es tanta que la atención de un padre se divide entre la familia y Dios. Esta es la tensión en la que todos vivimos.

Por otro lado, esta claro que la prioridad de nuestra lealtad es a Dios, confiando en Él para que nos ayude a afrontar con nuestras otras responsabilidades. La clave está en enfocarnos a caminar en la voluntad de Dios y a modelar la devoción por la familia entera.

No podemos huir de nuestras responsabilidades como padres, pero podemos poner a nuestra familia en la posición correcta, detrás de Dios, en la jerarquía de nuestro amor y atención.