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RESPONSABILIDAD PERSONAL

Como padres nuestros pecado tendrá un efecto en nuestros hijos, pero es importante recordar que nuestros pecados no condenarán a nuestros hijos. ¡Alabado sea Dios! Este versículo ilustra que, a fin de cuentas, somos responsables ante Dios por nuestros propias acciones Nuestros hijos serán responsables de su pecado, no del nuestro. Somos responsables de nuestro pecado, no de los pecados de nuestros hijos.

¿Estás sufriendo porque te culpas a ti mismo por el pecado de tu hijo? Confiesa tu parte a Dios y a tus hijos, y pide perdón, pero recuerda que no importa qué errores hayas cometido como padre, cada individuo está llamado a la responsabilidad personal. El ejemplo espiritual establecido por padres, buenos o malos, no exime a un niño de necesitar su propia relación personal con Cristo o de ser responsable por sus propias decisiones.

Descansa en el hecho de que Dios es amor, perdona y justo, y reconoce que Él es más grande que tus errores.