La importancia del discipulado en el ReinoMuestra
Misión divina, no programa eclesiástico
Pablo entendió claramente este principio, y fue la razón por la que instó a Timoteo a que lo que había visto, oído, aprendido y recibido de Pablo lo reprodujera en la vida de hombres fieles e idóneos para que enseñaran también a otros.
Esta forma de discipulado surge de caminar juntos, tal como lo hizo Jesús con sus discípulos. Jesús no solo les enseñó a orar, sino que oró con ellos. No solo les enseñó a perdonar, sino que lo vieron perdonar. El discipulado no es solamente compartir enseñanzas, sino vivir esas enseñanzas. Por eso, en un tiempo en el que abunda la religiosidad, el mundo necesita el ejemplo palpable de vidas transformadas, no la última novedad espiritual; la gente desea poder decir «yo quiero vivir como los hijos de Dios».
La experiencia nos dice que no es fácil caminar con otros. De hecho, en la convivencia del discipulado afloran las virtudes y debilidades de todos. Los evangelios nos presentan las diferentes experiencias que Jesús tuvo que enfrentar para resolver las crisis de sus discípulos y confrontar sus carnalidades, intrigas y celos para llevarlos a la madurez. El discipulado revela que no existe la comunidad ideal, aunque podemos acercarnos a esta realidad cuando cada uno de sus miembros aprende a convivir con el otro tal cual es.
Una de las cualidades más destacables de Jesús como discipulador fue que veía a las personas, no como eran en ese momento, sino como llegarían a ser. En cada uno veía el «producto terminado» y los trataba de acuerdo con esta visión. Al escoger a sus doce, les dijo que haría de ellos pescadores de hombres, y no reparó en las limitaciones intelectuales, sociales y emocionales que tenían. Tampoco lo desanimaron las características personales que cada uno tenía (timidez, agresividad, rudeza, etc.). Desde el principio los trató como discípulos, para que llegaran a ser apóstoles.
No siempre tuvieron éxito. Los envió a expulsar demonios, y fallaron; les dio la oportunidad de alimentar a una multitud, y no interpretaron el desafío; los convocó a una vigilia y se durmieron. Sin embargo, nunca bajó el nivel de sus expectativas. Él sabía que algún día llegarían a ser pescadores de hombres, y finalmente, lo consiguió.
En Jesús, el punto de partida para tratar con las personas estaba en su visión del producto final. Solo Él pudo ver en una mujer fracasada y con una vida familiar destruida, a la primera misionera a los samaritanos. Todo su diálogo con ella lo realizó con la certeza de que desde el interior de esa mujer frustrada y pecadora correrían ríos de agua de vida. El discipulado es creer en el potencial transformador del evangelio del Reino y en el poder restaurador de Jesucristo.
Escritura
Acerca de este Plan
Desde el punto de vista del Reino, el discipulado es trascendental para redimir los tiempos malos. Definir qué es y qué no es, es una tarea enorme, que de manera muy práctica analiza este devocional. Jesús, para cumplir su misión no siguió el modelo de un gerente empresarial mostrando acumulación de poder, una espiritualidad superficial y un liderazgo faraónico. Él escogió invertir en el camino del discipulado.
More