Ajetreo Santo: abrazando una vida de trabajo duro y descanso buenoMuestra
Vengo de una larga línea de mujeres que trabajan, y al hacer el trabajo que amo, oro para que mi hija aprenda a perseguir sus sueños, trabajar duro y obedecer a Dios dondequiera que Él la llame. Oro para que aprenda de mí que el ajetreo santo significa abrazar el trabajo que nos ha sido dado, pero encontrar nuestro valor en Aquel que nos creó para hacerlo. Nuestro trabajo tiene valor y lo que hacemos para servir a Dios, a nuestros vecinos y a nuestras familias es importante; pero no es lo que nos define.
Las Escrituras tienen bastante que decir sobre el valor del trabajo:
Pablo escribió a los Efesios recordándoles que Dios ha preparado buenas obras para sus hijos, y que hemos sido creados para realizarlas (Efesios 2:10).
En otra de las cartas de Pablo, él animó a los Corintios a que fueran firmes, trabajando con excelencia, sabiendo que el trabajo hecho para Dios no se hace en vano (1 Corintios 15:58).
Le mujer de Proverbios 31 trabajaba con manos dispuestas; compraba y vendía tierras de sus ganancias; creaba; plantaba; administraba (Proverbios 31:10-31).
Deborah trabajó como juez y era prácticamente un comandante militar (Jueces 4-5).
Considera tus pensamientos, buenos y malos, sobre tu trabajo. ¿Qué te dice tu monólogo interior sobre las tareas que haces todos los días? ¿Sientes que tu trabajo tiene valor, o consideras que «no es gran cosa» comparado con los trabajos, responsabilidades y roles de otros? ¿Sientes que estás perdiendo el tiempo mirando un ordenador mientras tu familia te necesita o te preocupa que te estás perdiendo tiempo con tu familia? ¿En términos generales te sientes bien, mal, culpable o indiferente hacia tu trabajo?
El trabajo que hacemos tiene valor cuando lo hacemos para la gloria de Dios y con un corazón alegre. Cuando Él nos llama a trabajar, donde sea y en lo que sea, es porque forma parte de su plan para nosotros, para servirle y amar a nuestro prójimo.
Escritura
Acerca de este Plan
Equilibrio. Es lo que anhelamos en nuestras vidas mientras escuchamos gritos de: «¡trabaja más duro!» en un oído, y susurros de: «descansa más» en el otro. ¿Y si el plan de Dios para nosotros no es ni lo uno ni lo otro? Entra en el ajetreo santo: un estilo de vida en el que trabajar duro y descansar bien, en maneras que honran a Dios.
More