Ajetreo Santo: abrazando una vida de trabajo duro y descanso buenoMuestra
Si has visto la película, Monstruos SA sabes a lo que me refiero cuando digo que el viaje en el que he estado se parece a la escena culminante de esa película. Mike, Sulley y Boo cuelgan de la cinta transportadora llena de miles de puertas. Pero no pueden abrir cualquier puerta. Entrar por la puerta equivocada podría dejarlos en una tormenta de nieve o en el calor de un desierto. Abrir la puerta correcta los llevaría a casa. Así que aguantan con todas sus fuerzas, luchando contra el enemigo que busca distraer y destruir, hasta que consiguen llegar a la única puerta que saben que significa seguridad y protección.
Internet nos da la oportunidad de ver las puertas que Dios está abriendo para otras personas en todo el mundo, y perdemos de vista la única puerta que Dios quiere que atravesemos con fe. No todas las puertas están hechas para nosotros. No todas la puertas nos llevan a casa.
Yo había pasado mas de diez años en modo dura supervivencia: me gradué en la universidad, encontré un trabajo para llegar a fin de mes, me casé, funcioné bajo la versión estresante de ajetreo del mundo, me despidieron, luché para encontrar lo que venía después, comencé mi propio negocio, acepté un puesto en el ministerio que era intenso y maravilloso y solitario, renuncié y luché nuevamente para empezar un negocio con el que sostener a mi familia.
Pasé tanto tiempo intentando que no me golpearan las puertas que se cerraban, que perdí la capacidad de ver las puertas abiertas que Dios estaba poniendo en mi camino.
Cuando comencé a aprender a dejar de lado la loca cinta transportadora de opciones y dejé de luchar, Dios me mostró una idea que lo cambió todo. Había estado buscando las puertas que serían buenas para mí, el mejor uso de mis habilidades, las impresionantes puertas que me llevarían a «más grande y mejor.»
En esas temporadas de esfuerzo egoísta, puede que haya estado trabajando para mí, pero Dios fue fiel al continuar trabajando en mí. Las lecciones que aprendemos, las habilidades que adquirimos, las personas que conocemos y el crecimiento que experimentamos pueden ser bendiciones. Dios nos ha dado el libre albedrío para elegir las puertas por las que entramos sin preocuparnos de que nos encontremos fuera de la voluntad de Dios al otro lado. Puede que no nos encontremos en la profesión perfecta, o que no sintamos que nuestro trabajo se alinea con nuestro llamado, pero Dios nos encontrará allí.
Escritura
Acerca de este Plan
Equilibrio. Es lo que anhelamos en nuestras vidas mientras escuchamos gritos de: «¡trabaja más duro!» en un oído, y susurros de: «descansa más» en el otro. ¿Y si el plan de Dios para nosotros no es ni lo uno ni lo otro? Entra en el ajetreo santo: un estilo de vida en el que trabajar duro y descansar bien, en maneras que honran a Dios.
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