Encontrando un ancla en nuestra ansiedadMuestra

Tres tipos de ansiedad 

Ansiedad química, es un desequilibrio químico en los neurotransmisores en la mente, la forma que el cuerpo está conectado. Hay ayuda disponible para ello. El cuerpo podría estar pasando por la etapa de la pubertad y los químicos se disparan en diferentes áreas pero las cosas se tranquilizarán finalmente. Tal vez sea más adelante en la vida y podrías requerir algún medicamento.

Ansiedad reactiva, si una persona ha pasado por un estado de estrés constante por un período prolongado de tiempo, el cerebro no puede cerrar la respuesta ansiosa. El estado de ansiedad se convirtió en la nueva normalidad. Has estado en un constante estado de estrés, y tu mente ahora no puede salir de ese estado. En esto yo soy el ‘primero de los pecadores’, este es el tipo de ansiedad con el que yo lucho. No tenemos tiempo para descansar y recuperarnos del evento que fuimos, porque tenemos que prepararnos para el evento al que vamos. Hemos estado en un constante estado de ansiedad y estrés, y ahora cuando es el momento de apagarla, no podemos.

Cuando te conviertes en padre, comienzas a preocuparte durante nueve meses por este niño. Eso es parte de ser padre, pero la preocupación no es la historia principal en la crianza de los hijos. Tenemos que confiar en que Dios ama a nuestros hijos más de lo que nosotros los amamos. El Señor nos puede librar del miedo de lo que va a pasar con la seguridad de nuestros seres queridos.

Ansiedad traumática, si el estímulo es suficiente para abrumar los mecanismos de afrontamiento del individuo, la persona experimenta un trauma psicológico, que es básicamente una forma extrema de excitación. Es lo que ha ocurrido en Houston últimamente después del huracán Harvey, sin importar si tu casa fue inundada o no. Ha ocurrido un trauma en nuestras vidas y en nuestra ciudad y ahora estamos tan abrumados. Vimos el agua elevarse, vimos todas nuestras pertenencias en la acera, nuestros mecanismos de afrontamiento fueron abrumados. 

Nos fijamos en todas las cosas que suceden en nuestra ciudad, nuestra sociedad, nuestro mundo, y decimos, ¿qué hacemos ahora? La gente sale en busca de lugares y cosas que puedan ayudarle para hacer frente a todo esto. Esto lleva perfectamente al mensaje del Evangelio, porque Dios quiere que tus sentimientos abrumadores te atraigan a Él. Jesucristo nunca fue abrumado, incluso por la tumba, ¡El resucitó! Cuando pones tu fe y tu confianza en Jesús para vivir tu vida, pones tu fe en el más fuerte que siempre ha habido y que siempre habrá. Son las buenas noticias de que Jesús te ama incluso en la experiencia traumática.