Firmeza con Lisa BevereMuestra
La iglesia a menudo se ha apresurado a condenar a los incrédulos por su pecado y comportamiento, pero no debería sorprender que las personas que no conocen a Dios actúen como si no lo conocieran. Lo que debería preocuparnos, ante todo, es si estamos viviendo vidas santas y transformadas. A medida que buscamos al Señor, podemos pedir sabiduría para revelar Su bondad al mundo que nos rodea de una manera que los invite a encontrar su propia transformación en Él.
Como hijos de Dios, somos creados nuevamente en Cristo para ser duros como un diamante pero tiernos como una flor.
Vivimos en un mundo que cumple lo que Pablo escribió en Romanos 1. Muchos de nosotros hemos abandonado el conocimiento y la presencia de Dios y ya no podemos reconocer lo elemental de Su diseño para la humanidad.
Pero pregúntate, ¿lamentarse por los males de nuestros días ha cambiado algo? Desafortunadamente, se nos conoce más por lo que estamos en contra que por lo que estamos a favor. La santidad y la transformación que buscamos en nuestra cultura no vendrán a través de juzgarla y condenarla, sino cuando abordemos nuestros propios problemas primero y luego liberemos la bondad, la misericordia y la esperanza de Dios para aquellos que la necesitan.
La bondad de Dios es siempre una invitación para que regresemos a la verdad, en lugar de una aprobación del pecado. Por eso necesitamos sabiduría. A veces, actuamos como si fuera amable decir que el pecado no es pecado porque no queremos que la gente se sienta avergonzada. Sin embargo, debemos estar dispuestos a llamar pecado por lo que es, pero hacerlo de una manera que libere esperanza en lugar de condenación.
La santidad en nuestra cultura comienza cuando nos entregamos por completo a Dios. Hay una generación que está desesperada por la transformación, y están esperando verla en nosotros.
Dios dice que Él sanará la tierra cuando Su pueblo se humille y ore, no cuando todo se alinee perfectamente en el gobierno de esa tierra. ¿Qué significa esto para ti?
Escritura
Acerca de este Plan
¿Qué es la verdad? La cultura está comprando la mentira de que la verdad es un río que sube y baja con el transcurso del tiempo. Pero la verdad no es un río, es una roca. Y en un mar embravecido de opiniones, este plan te ayudará a anclar tu alma, brindándote un claro sentido de dirección en un mundo errante.
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