LAS COSAS PUEDEN CAMBIAR La metamorfosis del almaMuestra
Primavera
Cada estación del año encierra en sí misma una gran cantidad de vivencias. Todas tienen su encanto pero... ¿Qué piensas al escuchar la palabra «primavera»? Seguramente tu rostro esbozará una sonrisa y cruzarán por tu mente imágenes de flores y mariposas. Pensarás en el amor, la felicidad y el calor. ¡Cuántas expectativas nos genera la llegada de la primavera!
En la Argentina, el país donde vivo, la temporada de la primavera comprende los meses de septiembre a diciembre, y déjenme decirte que es la temporada más linda de todas. Los árboles tienen colores brillantes, el sol otorga el calor suficiente como para compensar las temperaturas aún no tan elevadas. Y, si bien llueve, es para que la vegetación crezca con mucha más vida.
Hay algunos escritores que nos hablan de la primavera como el florecimiento de los años, el temprano asomo a la vida. En mi mente puedo imaginar a una adolescente que recién comienza a saborear los gustos y los disgustos, con una vitalidad arrolladora, dispuesta a conquistar el mundo si se lo propone. Nuestra alma también pasa por esta estación, y si bien no sabemos el orden en que las estaciones llegan, sabemos que las experimentamos todas.
La primavera nos brinda una vitalidad que queremos que nos dure toda la vida; si bien es alegre, debemos tener prudencia, ya que nuestros impulsos pueden llevarnos a lugares no deseados. Cuando era jovencita, en mi adolescencia, muchos caminos se empezaron a abrir por delante de mí, todos lindos, con muchas oportunidades, muchos sueños. El panorama estaba abierto para mi decisión y en ese momento tuve que optar. Duele, cuesta, pero uno elije y dice «no» a algunas cosas y «sí» a otras. La prudencia en esta temporada será nuestra mejor aliada. No dejemos que nada apague nuestro fuego, que nuestros sueños sean cada vez más grandes, que nuestras ideas quieran conquistar lo imposible, pero hagamos de la prudencia nuestra bandera.
El apóstol Pablo le decía a Timoteo que no permitiera que nadie lo menospreciara por ser joven; más bien, que fuera de ejemplo en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Es decir, en prudencia. Según algunas definiciones la prudencia consiste en discernir y distinguir lo que está bien de lo que está mal y actuar en consecuencia. Prudencia es actuar con consciencia.
La primavera nos ayuda a visualizar lo que queremos ser, y para eso no hay edad. Los sueños no tienen fecha de vencimiento, solo tienen escalones que subir. Así como la oruga se transforma en una maravillosa mariposa al romper la crisálida, lo mismo ocurrirá en ti, si lo deseas.
¡No apaguemos la primavera! Reguemos nuestra alma de prudencia para que florezca.
Acerca de este Plan
Cada estación del año encierra en sí misma una gran cantidad de vivencias. Todas tienen su encanto, pero estoy segura de que hay algunas que nos gustan más. También el alma tiene sus estaciones, con fríos paralizadores o primaveras llenas de alegrías. En este plan de cinco días aprenderemos que de cada una de ellas hay algo que tomar, pues nos dan una lección muy importante: el poder de la transformación. Te invito a que descubras conmigo en qué estación te encuentras hoy y cómo aprender de ella.
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Este plan ha sido escrito por Osvaldo Carnival, pastor de la iglesia Catedral de la fe en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Acerca del editor: www.catedraldelafe.org www.osvaldocarnival.com.ar