Devocional de Cuaresma: RestaurarMuestra

Restaurar: El fracaso de los fracasos

Probablemente el diablo se sintió muy orgulloso la mañana antes de la Pascua, creyendo que había ganado. Me imagino la mirada de terror en su rostro cuando Cristo derribó la puerta de la muerte y puso un sello permanente de esperanza en el universo.

El fracaso nunca es final. Dios se especializa en segundas oportunidades, sus misericordias son nuevas cada mañana.

Lo que parece una derrota puede llevar a las mayores victorias. ¿No es esto lo que sucedió en la cruz? Un evento que parecío ser el mayor fracaso fue en realidad el pricipio de la victoria final de Dios.

Jesús tuvo que descender a los muertos antes de resucitar. Hay que enterrar la semilla primero, antes de surgir una vida nueva.

Esta es la esperanza que tenemos, la esperanza de la Pascua. Podemos mirar los fracasos, errores y derrotas, e incluso la muerte misma, y decir, gracias a Cristo, no me vencerás.

En Tearfund, nunca dejaremos de de esforzarnos por llevar esa esperanza donde haya mayor necesidad.

Señor Jesús:

No puedo agradecerte lo suficiente por el sacrificio que hiciste,
por el tormento que pasaste en nombre del amor.
No puedo agradecerte lo suficiente por haber resucitado,
por decir no más al pecado y a la muerte.
No puedo agradecerte lo suficiente por querer pasar la eternidad conmigo,
por vestirme de justicia y santidad.
Gracias a Ti, no tengo nada que temer;
gracias a Ti, vivo en esperanza;
gracias a ti, tengo un amor que nunca morirá.

Amén.

Gideon Heugh, Tearfund