ActitudMuestra
El Espíritu Santo está con nosotros y en nosotros
... dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. Gálatas 5:16 NTV
En los últimos seis días, hemos analizado las actitudes basadas en la gratitud, humildad, gracia, honestidad, esperanza y confianza. Pero nuestras actitudes pueden cambiar rápidamente y son influenciadas por muchas cosas, incluyendo algunas que están completamente fuera de nuestro control.
Somos humanos imperfectos intentando vivir nuestras vidas de la manera que honre a Dios. Pero, aún nos molestamos, envidiamos a otros, le tememos al futuro y fallamos al extender gracia a los demás. Entonces, ¿cómo podemos ser como Cristo, aquel que siguió perfectamente a Dios? No solo tenemos el ejemplo perfecto en la vida y enseñanzas de Jesús, sino que también tenemos acceso a su Espíritu, que vive en nosotros, como Él lo prometió.
El Espíritu Santo vive en cada seguidor de Jesús, guiándonos y formando la mente de Cristo en nosotros. No estamos solos en este viaje. La palabra que Jesús usa para describir el Espíritu en Juan 14 es paracleto, una palabra que significa consolador, intercesor y uno que ha sido llamado a estar al lado del otro.
El Espíritu no solo está con nosotros, sino que está en nosotros.
Esto no significa que nunca tendrás emociones complicadas u olvides a Dios en un momento significativo y respondas con una actitud hiriente. Esto significa que Él está de nuestra parte, trabajando en nosotros y con nosotros diariamente.
Ora:Amado Dios, mientras vivo, haz que mi actitud refleje el Espíritu de Cristo. Ayúdame a escuchar al Espíritu Santo mientras me guías cada día. Gracias por amarme y confiarme tu Espíritu. En el nombre de Jesús, Amén.
Encuentra más oraciones sobre fortaleza, esperanza, estrés y preocupación.
Acerca de este Plan
¿Cómo podemos encontrar la actitud adecuada para cada situación? ¿Cuál es la actitud correcta? Este Plan Bíblico de siete días encuentra respuestas en la vida y las enseñanzas de Cristo. Deja que estos estímulos diarios, oraciones reflexivas y poderosas Escrituras formen en ti la mente de Cristo.
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