JONÁS 2:5-10
JONÁS 2:5-10 DHHE
Las aguas me rodeaban por completo, me cubría el mar profundo y las algas se enredaban en mi cabeza. Me hundí hasta el fondo del abismo: ¡Ya me sentía su eterno prisionero! Pero tú, Señor, mi Dios, me salvaste de la muerte. Al ver que la vida se me iba, me acordé de ti, Señor; mi oración llegó a ti en tu santo templo. Los que siguen a los ídolos dejan de serte leales; pero yo, con voz de gratitud, te ofreceré sacrificios; cumpliré las promesas que te hice. ¡Tan sólo tú, Señor, puedes salvar!” Entonces el Señor dispuso que el pez vomitara a Jonás en tierra firme.