HECHOS 22:6-16
HECHOS 22:6-16 DHHE
“Pero mientras iba de camino, estando ya cerca de Damasco, a eso del mediodía me envolvió de repente una fuerte luz del cielo y caí al suelo. Oí una voz que me decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?’ Yo pregunté: ‘¿Quién eres, Señor?’, y la voz me contestó: ‘Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues.’ Los que iban conmigo vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. Pregunté: ‘¿Qué debo hacer, Señor?’, y el Señor me dijo: ‘Levántate y sigue tu viaje a Damasco. Allí se te dirá todo lo que debes hacer.’ Como la luz me había dejado ciego, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco. “Había en Damasco un hombre llamado Ananías, que era muy piadoso y cumplidor de la ley de Moisés. Todos los judíos que vivían allí hablaban muy bien de él. Ananías vino a verme y me dijo al llegar: ‘Hermano Saulo, recibe de nuevo la vista.’ En aquel mismo momento recobré la vista y pude verle. Luego añadió: ‘El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad y para que veas al que es justo y oigas su voz de sus propios labios. Pues vas a ser testigo suyo ante todo el mundo, y vas a contar lo que has visto y oído. Ahora no esperes más. Levántate y bautízate invocando el nombre del Señor, para limpiarte de tus pecados.’