2 SAMUEL 22:17-42
2 SAMUEL 22:17-42 DHHE
“Dios me tendió la mano desde lo alto y con su mano me sacó del mar inmenso. Me salvó de enemigos poderosos que me odiaban y eran más fuertes que yo. Me atacaron cuando yo estaba en desgracia, pero el Señor me dio su apoyo; me sacó a la libertad, ¡me salvó porque me amaba! El Señor me ha dado la recompensa que merecía mi limpia conducta, pues yo he seguido el camino del Señor; ¡jamás he renegado de mi Dios! Yo tengo presentes todos sus decretos; ¡jamás me he desviado de sus leyes! Me he conducido ante él sin tacha alguna, me he alejado de la maldad. El Señor me ha recompensado por mi limpia conducta en su presencia. “Tú, Señor, eres fiel con el que es fiel, irreprochable con el que es irreprochable, sincero con el que es sincero, pero sagaz con el que es astuto. Tú salvas a los humildes, pero te fijas en los orgullosos y los humillas. Tú, Señor, eres mi luz; tú, Dios mío, alumbras mi oscuridad. Con tu ayuda atacaré al enemigo y pasaré sobre el muro de sus ciudades. “El camino de Dios es perfecto; la promesa del Señor es digna de confianza. ¡Dios protege a todos los que en él confían! ¿Quién es Dios, fuera del Señor? ¿Qué otro dios hay que pueda protegernos? Dios es mi refugio poderoso, quien hace intachable mi conducta, quien me da pies ligeros como de ciervo, quien me hace estar firme en las alturas, quien me entrena para la batalla, quien me da fuerzas para tensar arcos de bronce. “Tú me proteges y me salvas; tu bondad me ha hecho prosperar. Has hecho fácil mi camino, y mis pies no han resbalado. “Perseguí a mis enemigos, los destruí, y no volví sino después de exterminarlos. ¡Los exterminé! ¡Los hice pedazos! ¡Ya no se levantaron! ¡Cayeron debajo de mis pies! Tú me diste fuerza en la batalla, hiciste que los rebeldes se inclinaran ante mí y que delante de mí huyeran mis enemigos. Así pude destruir a los que me odiaban. Pedían ayuda, y nadie los ayudó; llamaban al Señor, y no les contestó.