1 TIMOTEO 3:8-16
1 TIMOTEO 3:8-16 DHHE
Asimismo, los diáconos deben ser hombres respetables, que nunca falten a su palabra ni sean dados a emborracharse ni a desear ganancias deshonestas. Deben apegarse a la verdad revelada en la cual creemos, y mantener limpia la conciencia. Primero deberán ser sometidos a prueba, y después, si son irreprochables, podrán ejercer el diaconado. Igualmente, las mujeres deben ser respetables, no chismosas, sino serias y fieles en todo. Un diácono debe ser esposo de una sola mujer y saber gobernar bien a sus hijos y su propia casa. Porque los diáconos que realizan bien su trabajo se ganan un lugar de honor, y con mayor confianza podrán hablar de su fe en Cristo Jesús. Espero ir pronto a verte; pero te escribo esto para que, si me retraso, sepas cómo debe portarse uno en la familia de Dios, en la iglesia del Dios viviente, la cual sostiene y defiende la verdad. Pues la verdad revelada de nuestra religión es, sin duda, algo muy grande: Cristo se manifestó en su condición de hombre, triunfó en su condición de espíritu y fue visto por los ángeles. Fue anunciado a las naciones, creído en el mundo y recibido en la gloria.