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1 REYES 1:41-52

1 REYES 1:41-52 DHHE

Adonías y todos sus invitados acababan de comer cuando oyeron el ruido. Al oir Joab el sonido del cuerno, comentó: –¿Por qué habrá tanto alboroto en la ciudad? Mientras él hablaba, llegó Jonatán, el hijo del sacerdote Abiatar. Adonías le dijo: –Entra, pues tú eres un hombre importante y debes traer buenas noticias. Jonatán respondió a Adonías: –Al contrario. David, nuestro señor y rey, ha hecho rey a Salomón y ha ordenado al sacerdote Sadoc, al profeta Natán, a Benaías, hijo de Joiadá, y a los quereteos y peleteos, que acompañen a Salomón; y ellos le han montado en la mula del rey. Así pues, en Guihón, el sacerdote Sadoc y el profeta Natán le han consagrado rey, y han regresado de allí muy contentos. Por eso está alborotada la ciudad, y ese es el ruido que habéis oído. Además, Salomón ya ha tomado posesión del trono, y los funcionarios del rey David han ido a felicitarle, deseando que Dios haga prosperar a Salomón, y que extienda sus dominios aún más que los de su padre. Incluso el propio rey David se inclinó en su cama para adorar a Dios, y dijo: ‘Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, que ha permitido hoy que un descendiente mío suba al trono, y que yo lo vea.’ Los invitados de Adonías se echaron a temblar; luego se levantaron todos, y cada uno se fue por su lado. Adonías, por su parte, por miedo a Salomón, se levantó y se dirigió al santuario, donde buscó refugio agarrándose a los cuernos del altar. Alguien fue a decirle a Salomón: –Adonías se ha refugiado en el altar por miedo a Su Majestad, y pide que Su Majestad le jure ahora mismo que no lo matará. Salomón respondió: –Si se porta como un hombre de bien, no caerá al suelo ni un pelo de su cabeza; pero si se descubre alguna maldad en él, morirá.

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