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DEUTERONOMIO 13:1-16

DEUTERONOMIO 13:1-16 RV2020

Cuando en medio de ti surja un profeta o visionario, y te anuncie una señal o un prodigio, si se cumple la señal o el prodigio que él te anunció, y te dice: «Vayamos tras dioses ajenos —que tú no conoces— y sirvámosles», no escucharás las palabras de tal profeta ni de tal visionario, porque el Señor, vuestro Dios, os estará probando para saber si amáis al Señor, vuestro Dios, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma. Al Señor, vuestro Dios, seguiréis y a él temeréis, cumpliréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis y a él le seréis fieles. Tal profeta o visionario deberá morir, por cuanto aconsejó la rebelión contra el Señor, vuestro Dios, que te sacó de tierra de Egipto, te rescató del país donde eras esclavo, y trató de apartarte del camino por el cual el Señor, tu Dios, te mandó que anduvieras. Así apartarás el mal de en medio de ti. Si te incita tu hermano, el hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, y te dice en secreto: «Vayamos y sirvamos a dioses ajenos», que ni tú ni tus padres conocisteis, —los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca o lejos de ti, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella—, no consentirás con él ni le prestarás oído; tu ojo no lo compadecerá, no le tendrás misericordia ni lo encubrirás, sino que lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo. Lo apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró apartarte del Señor, tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, para que todo Israel lo sepa y tema, y no vuelva a hacer en medio de ti cosa semejante a esta. Si oyes decir que en alguna de las ciudades que el Señor, tu Dios, te da para vivir en ellas, han salido de entre los tuyos hombres impíos que han instigado a los habitantes de su ciudad con estas palabras: «Vayamos y sirvamos a dioses ajenos», que vosotros no conocisteis, tú investigarás, buscarás y preguntarás con diligencia. Si resulta ser cierto que en medio de ti se ha cometido tal abominación, irremisiblemente herirás a filo de espada a los habitantes de aquella ciudad, la destruirás con todo lo que haya en ella, y también matarás sus ganados a filo de espada. Juntarás todo su botín en medio de la plaza y prenderás fuego a la ciudad con todo su botín, todo ello como holocausto al Señor, tu Dios. Quedará convertido en un montón de ruinas para siempre; nunca más será edificada.