1 REYES 22:16-53
1 REYES 22:16-53 RV2020
El rey le dijo: —¿Hasta cuántas veces he de exigirte que no me digas sino la verdad en nombre del Señor? Entonces él dijo: —He visto a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor. El Señor ha dicho: «Estos no tienen señor. Que cada cual vuelva a su casa en paz». El rey de Israel dijo a Josafat: —¿No te lo había dicho yo? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí, sino solamente el mal. Entonces Micaías dijo: —Oye, pues, la palabra del Señor: Yo he visto al Señor sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda. Y el Señor decía: ¿Quién inducirá a Acab para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Uno respondía de una manera y el otro replicaba de otra. Entonces se adelantó un espíritu, se puso delante del Señor y le dijo: «Yo le induciré». El Señor le preguntó: «¿De qué manera?». Él dijo: «Saldré y seré un espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas». El Señor le dijo: «Tú conseguirás inducirle; ve, pues, y hazlo así». Ahora el Señor ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y ha decretado el mal en contra tuya. Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, y le dijo: —¿Por dónde se me fue el espíritu del Señor para hablarte a ti? Micaías respondió: —Tú mismo lo verás el día en que vayas a toda prisa de aposento en aposento para esconderte. Entonces el rey de Israel dijo: —Toma a Micaías y llévalo ante Amón, gobernador de la ciudad, y ante Joás, hijo del rey. Tú les dirás: «Así ha dicho el rey: “Echad a este en la cárcel y mantenedlo con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz”». Micaías respondió: —Si logras volver en paz, el Señor no ha hablado por mi boca. Y a continuación dijo: —Oíd, pueblos todos. Subió, pues, el rey de Israel, junto con Josafat, rey de Judá, a Ramot de Galaad. Y el rey de Israel dijo a Josafat: —Yo me disfrazaré y entraré en la batalla. Tú ponte tus vestidos. El rey de Israel se disfrazó y entró en la batalla. Pero el rey de Siria había mandado a los treinta y dos capitanes de sus carros: «No peleéis ni con grande ni con chico, sino solo contra el rey de Israel». Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Ciertamente, este es el rey de Israel». Y se volvieron contra él para atacarlo; pero el rey Josafat gritó. Al ver los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él. Pero un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: —Da la vuelta y sácame del campo, pues estoy herido. Aquel día había arreciado la batalla y el rey tuvo que ser sostenido en su carro frente a los sirios. A la caída de la tarde murió, y la sangre de la herida corría por el fondo del carro. A la puesta del sol corrió un pregón por el campamento que decía: —¡Cada uno a su ciudad y cada cual a su tierra! ¡El rey ha muerto! Entonces el rey fue traído a Samaria y lo sepultaron allí. Lavaron el carro en el estanque de Samaria y los perros lamían su sangre (también las rameras se lavaban allí), conforme a la palabra que el Señor había dicho. El resto de los hechos de Acab y todo lo que hizo, la casa de marfil que construyó y todas las ciudades que edificó, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? Cuando murió Acab, su hijo Ocozías le sucedió como rey. Josafat hijo de Asa comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab, rey de Israel. Tenía Josafat treinta y cinco años cuando comenzó a reinar y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre era Azuba, hija de Silhi. Siguió en todo el camino de Asa, su padre, sin desviarse de él, e hizo lo recto ante los ojos del Señor. Con todo, los lugares altos no fueron quitados, porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en ellos. Josafat vivió en paz con el rey de Israel. Los demás hechos de Josafat, sus hazañas y las guerras que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Barrió también de la tierra los restos de los sodomitas que habían quedado en tiempos de su padre Asa. En aquel tiempo no había rey en Edom, sino un gobernador en lugar de rey. Josafat había hecho naves de Tarsis, que debían dirigirse a Ofir por oro; pero no fueron, porque se rompieron en Ezión-geber. Entonces Ocozías hijo de Acab dijo a Josafat: «Vayan mis siervos con los tuyos en las naves». Pero Josafat no quiso. Cuando murió Josafat, lo enterraron con sus antepasados en la ciudad de David y su hijo Joram lo sucedió como rey. Ocozías hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, el año diecisiete de Josafat, rey de Judá. Reinó dos años sobre Israel. Hizo lo malo ante los ojos del Señor, pues siguió el camino de su padre y el camino de su madre, y el camino de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel, porque sirvió a Baal y lo adoró, y provocó la ira del Señor, Dios de Israel, conforme a todas las cosas que había hecho su padre.