CANTARES 7:1-13
CANTARES 7:1-13 BLP
Vuelve, vuelve, Sulamita; vuelve, vuelve, que te veamos. ¿Qué veis en la Sulamita cuando danza entre dos coros? ¡Qué hermosos tus pies en las sandalias, princesa! Las curvas de tus caderas son alhajas fabricadas por manos de artesanos. Tu ombligo es copa redonda donde no falta el licor. Tu vientre, montón de trigo rodeado de azucenas. Tus dos pechos son dos crías mellizas de gacela. Torre de marfil, tu cuello; pozos de Jesbón, tus ojos, junto a la puerta mayor; tu nariz, torre del Líbano, centinela de Damasco. Tu cabeza se levanta igual que el monte Carmelo, tu cabello es como púrpura que a un rey enreda en sus trenzas. ¡Qué hermosa y qué dulce eres, amor mío, qué delicia! Tu talle es una palmera y tus pechos, los racimos. Dije: «Subiré a la palmera y recogeré sus dátiles». Tus pechos serán racimos de uvas y tu aliento, aroma de manzanas. Tu paladar es como vino bueno que me baja suavemente, remojando los labios y los dientes. Yo pertenezco a mi amor que siente pasión por mí. Ven, amor mío, vayamos al campo y pasemos la noche en las aldeas. De madrugada iremos a las viñas a ver si están en cierne las vides, si despuntan los retoños, si florecen los granados. ¡Y allí te daré mi amor!