APOCALIPSIS 9:12-21
APOCALIPSIS 9:12-21 BLP
Pasó la primera calamidad; pero he aquí que otras dos le vienen a la zaga. El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz que, procedente de los ángulos del altar de oro que está delante de Dios, decía al ángel que tenía en su mano la trompeta: —Desata a los cuatro ángeles que están encadenados en la ribera del gran río Éufrates. Y desató a los cuatro ángeles que estaban preparados para aniquilar en esa hora, día, mes y año a la tercera parte de la humanidad. Y pude oír el número de soldados de este ejército de caballería: eran doscientos millones de jinetes. Vi igualmente los caballos y sus jinetes, que vestían corazas de fuego, de jacinto y de azufre. Las cabezas de los caballos eran como de león, y sus bocas despedían fuego, humo y azufre; tres calamidades —fuego, humo y azufre— que salían de la boca de los caballos y que aniquilaron a la tercera parte de la humanidad. El poder destructor de los caballos residía en su cabeza y en su cola, que estaba armada de mortíferas cabezas de serpiente. A pesar de todo, quienes no fueron aniquilados por estas calamidades, se negaron a cambiar de conducta. Siguieron adorando a los demonios, a los ídolos de oro, plata, bronce, madera y piedra, dioses que no pueden ver, ni oír, ni caminar. Siguieron aferrados a sus crímenes, a sus hechicerías, a su lujuria y a sus rapiñas.