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JUECES 11:34-40

JUECES 11:34-40 BLP

Cuando Jefté volvía a su casa de Mispá, su hija le salió al encuentro bailando al son de las panderetas. Era su única hija; no tenía otros hijos ni otras hijas. Al verla, rasgó sus vestiduras y gritó: —¡Ay, hija mía, me has destrozado! ¿Por qué has de ser tú la causa de mi desgracia? Me comprometí ante el Señor y no puedo volverme atrás. Ella le respondió: —Padre mío, puesto que te has comprometido ante el Señor, haz conmigo lo que prometiste, ya que el Señor te ha concedido vengarte de tus enemigos, los amonitas. Después dijo a su padre: —Solo te pido que me concedas esta gracia: déjame vagar dos meses por los montes y llorar mi virginidad con mis compañeras. Su padre le dijo: —Vete. Y la dejó marchar por el tiempo de dos meses. Ella se fue con sus compañeras y anduvo por los montes llorando su virginidad. Al cabo de los dos meses, volvió a casa de su padre y él cumplió con ella el voto que había hecho. La joven no había tenido relaciones con varón. Y se hizo costumbre en Israel que las jóvenes israelitas se lamentasen todos los años durante cuatro días por la hija de Jefté, el galaadita.

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