Salmo 94:12-22
Salmo 94:12-22 NVI
Dichoso aquel a quien tú, SEÑOR, corriges; aquel a quien instruyes en tu ley, para que enfrente tranquilo los días de aflicción mientras al impío se le cava una fosa. El SEÑOR no rechazará a su pueblo; no dejará a su herencia en el abandono. El juicio volverá a basarse en la justicia, y todos los rectos de corazón lo seguirán. ¿Quién se levantó a defenderme de los impíos? ¿Quién se puso de mi parte contra los malhechores? Si el SEÑOR no me hubiera brindado su ayuda, muy pronto me habría quedado en mortal silencio. Apenas decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, SEÑOR, venía en mi ayuda. Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría. ¿Podrías ser amigo de reyes corruptos que por decreto fraguan la maldad, que conspiran contra la gente honrada y condenan a muerte al inocente? Pero el SEÑOR es mi protector, es mi Dios y la roca en que me refugio.