Job 15:1-16
Job 15:1-16 NVI
Replicó entonces Elifaz de Temán: «El sabio no responde con vana sabiduría ni explota en violenta verborrea. Tampoco discute con argumentos vanos ni con palabras huecas. Tú, en cambio, restas valor al temor a Dios y tomas a la ligera la devoción que él merece. Tu maldad pone en acción tu boca; hablas igual que los pícaros. Tu propia boca te condena, no la mía; tus propios labios testifican contra ti. »¿Eres acaso el primer hombre que ha nacido? ¿Naciste acaso antes que los montes? ¿Tienes parte en el consejo de Dios? ¿Acaso eres tú el único sabio? ¿Qué sabes tú que nosotros no sepamos? ¿Qué has percibido que nosotros ignoremos? Las canas y la edad están de nuestra parte, tenemos más experiencia que tu padre. ¿No te basta que Dios mismo te consuele y que se te hable con cariño? ¿Por qué te dejas llevar por el enojo? ¿Por qué te relampaguean los ojos? ¿Por qué desatas tu enojo contra Dios y das rienda suelta a tu lengua? »¿Qué es el hombre para creerse puro, y el nacido de mujer para alegar inocencia? Si Dios no confía ni en sus santos siervos, y ni siquiera considera puros a los cielos, ¡cuánto menos confiará en el hombre, que es vil y corrupto y tiene sed del mal!