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1 Samuel 28:6-14

1 Samuel 28:6-14 NVI

Por eso consultó al SEÑOR, pero él no le respondió ni en sueños, ni por el urim ni por los profetas. Por eso Saúl les ordenó a sus oficiales: ―Buscadme una adivina, para que yo vaya a consultarla. ―Pues hay una en Endor —le respondieron. Saúl se disfrazó con otra ropa y, acompañado de dos hombres, se fue de noche a ver a la mujer. ―Quiero que evoques a un espíritu —le pidió Saúl—. Haz que se me aparezca el que yo te diga. ―¿Acaso no sabes tú lo que ha hecho Saúl? —respondió la mujer—. ¡Ha expulsado del país a los adivinos y a los hechiceros! ¿Por qué vienes tú a tenderme una trampa y exponerme a la muerte? ―¡Tan cierto como que el SEÑOR vive, te juro que nadie te va a castigar por esto! —contestó Saúl. ―¿A quién deseas tú que yo haga aparecer? —preguntó la mujer. ―Evócame a Samuel —respondió Saúl. Al ver a Samuel, la mujer pegó un grito. ―¡Pero si tú eres Saúl! ¿Por qué me has engañado? —le recriminó. ―No tienes nada que temer —dijo el rey—. Dime lo que has visto. ―Veo un espíritu que sube de la tierra —respondió ella. ―¿Y qué aspecto tiene? ―El de un anciano, que sube envuelto en un manto. Al darse cuenta Saúl de que era Samuel, se postró rostro en tierra.