SANTIAGO INTRODUCCIÓN GENERAL
INTRODUCCIÓN GENERAL
Según el historiador Eusebio, la carta de Santiago, al igual que otras epístolas como Judas y Pedro, se han denominado “epístolas católicas”. Esto significa que estos escritos, por su estructura y contenido, están dirigidos a toda la iglesia, es decir, a la cristiandad del primer siglo.
La investigación bíblica y en especial la crítica textual señalan que los manuscritos antiguos que contienen el texto son los papiros P20, P23, P54, P74 y P100. Pero solo tres de ellos, los más tempranos, datados en los siglos III-IV d.C., contienen el texto P20, P23 y P100.#René Krüger, Pobres y ricos en la epístola de Santiago. El desafío de un cristiano profético (Buenos Aires, Argentina: Lumen, 2005), 23.
Es bien difundida la opinión de que la epístola tuvo objeciones para su canonicidad. Algunos datos históricos sobresalientes que aportan sobre esta negación son: el canon Muratori del siglo II, en esa lista de este canon, que indica un grupo de libros oficializados por la comunidad de fe, sin embargo, muestra que no está presente el libro de Santiago, pero sí aparecen Judas, 1 y 2 de Juan. Un listado que refleja el canon de la Iglesia de Occidente. A la par de esta observación, se encuentra la misma similitud en los escritos de los padres latinos, entre ellos Tertuliano y Cipriano, quienes no mencionan la epístola en sus escritos. En la misma línea van los “testigos” más importantes de la Vetus Latina. Los primeros indicios que se tienen de la recepción de esta carta son en la Iglesia de Oriente después del siglo III.
Aunque, también para esta negación, se cree que hay un trasfondo ideológico, pues en Santiago se aprecia la ausencia de una reflexión explícita sobre la cristología, el relato de Santiago 2:14-26 considerado como antipaulino, no menciona sobre el anuncio de la salvación, aspecto que afectaba la ortodoxia cristiana de ese tiempo.
1. Autoría
Existen diversas opiniones sobre la autoría de la epístola de Santiago. Considerando lo que menciona Santiago 1:1, se deduce quién sería el autor. Para precisar de quién se habla, debemos considerar que se conoce a tres personajes bíblicos con el mismo nombre: Santiago, hijo de Zebedeo y hermano de Juan, Santiago, hijo de Alfeo, uno de los doce y Santiago el hermano del Señor.
La opinión tradicional apoya como autor a Santiago, el hermano del Señor. En los textos de los Padres de la Iglesia se denomina a este personaje como “el Justo”, algunos argumentos que apoyan esta idea de autoría son:
a. Si Santiago hubiese sido apóstol lo hubiera mencionado en su carta.
b. Santiago, hermano de Juan muere martirizado a manos de Herodes en el año 42 (Hch. 12:1).
c. Santiago, hijo de Alfeo, murió antes que el hijo de Zebedeo.
La crítica bíblica del siglo XIX reabrió el debate sobre la autoría de la epístola de Santiago, poniendo en duda la atribución tradicional a Santiago, el hermano del Señor. Entre los críticos que refutan esta opinión, se encuentra De Wette, quien argumenta que el escrito es pseudónimo. Basa su argumento en el estilo lingüístico de la epístola. Sostiene que un personaje como Santiago, el hermano del Señor, no podría haber escrito un documento como este, ya que no podría ser un experto del idioma griego.
F. Vouge, concuerda con De Wette y plantea algunas razones para considerar a un autor anónimo:#Francois Vouga, Introducción al Nuevo Testamento: Su historia, su escritura, su teología, ed. Daniel Marguerat, trad. María del Carmen Blanco Moreno (Bilbao, España: Desclée de Brouwer, 2008), 412-413
1. La epístola emplea un concepto de ley que está lleno de representaciones procedentes del estoicismo y del cristianismo helenístico.
2. No argumenta tradiciones relativas a la vida, la enseñanza o la resurrección de Jesús.
3. El autor no se sirve del texto hebreo del Antiguo Testamento ni de las versiones arameas, utiliza la versión Septuaginta Griega.
Si bien las opiniones que se presentan son válidas, no son suficientes para refutar la aseveración de que Santiago, el hermano del Señor, es el autor de la epístola. Existen exégetas que defienden esta autoría tradicional, basándose en la posibilidad que el autor conociera y usara tanto el arameo como el griego.
2. Fecha de composición y destinatarios
Al igual que la autoría, la datación en la composición de la carta presenta algunas opiniones por autores que representan escuelas exegéticas. La Escuela de Tubinga sitúa el escrito en el siglo II, mientras que otros autores como Franz Mussner y Peter H. Davis proponen fechas más tempranas, situándola a finales de los años 50 o principios de los años 60.
Entonces, se ubica la composición de la carta hacia finales del siglo I o si se consideran algunos otros escritos de los Padres de la Iglesia que no mencionan la carta, se situaría una redacción tardía, después del siglo II.
El autor Santiago dirige la carta al auditorio de “las doce tribus de la dispersión”, que podrían ser los cristianos fuera de Palestina. Esto sugiere que son cristianos de origen judío dispersos en el mundo greco-romano#Frank Pimentel, “Codicia, resistencia y proyecto alternativo: Un acercamiento sociolingüístico y actualizante a la carta de Santiago”, Revista de interpretación bíblica latinoamericana 31 (1998), 73..
3. Estilo literario
Las afirmaciones que se han realizado sobre la epístola se resumen en que contiene material parenético y sapiencial. Entre los argumentos que avalan esta postura, encontramos el comentario de M. Dibelius, escrito en 1921, en el que acentúa que la carta se ubica en la tradición parenética#Género literario, destaca la exhortación la cual se expresa a través de un sermón u homilía., es decir, exhortación moral y ética. Así, frases de exhortación sueltas o pequeños dichos, los cuales, mayormente son exhortaciones relativamente breves y concisas, algunas incluso son lapidarias, por ejemplo, Santiago 1:16; 4:7, 10, 17; 5:13.
La epístola de Santiago exhibe un notable dominio del griego, desplegando elementos que otorgan al texto un brillo particular. El vocabulario utiliza conceptos selectos, de las 54 palabras que aparecen en el escrito, 13 de ellas aparecen por primera vez en Santiago. Por ejemplo, ἀνέλεος (anéleos), “sin misericordia” (2:13), θρησκός (threskós), “religioso” (1:26), entre otras, así como construcciones sintácticas bien construidas. El autor se refiere a los destinatarios reiteradamente como ἀδελφοί (adelfoí), “hermanos míos”, “hermanos míos amados” “hermanos” y contrasta mencionando la figura de “adúlteros” (4:4), “pecadores” (4:8) y “ustedes ricos” (5:1).#Krüger, Pobres y ricos en la epístola de Santiago. El desafío de un cristiano profético, 112.
El hilo conductor que recorre todo el conjunto de exhortaciones y la interrelación teológica y temática, es la relación coherente entre “palabra-hecho”, “fe-acción”.
4. Estructura
Una de las afirmaciones más fuertes sobre la organización del contenido de la epístola de Santiago es que se trata de un escrito desordenado. Esta opinión fue sostenida por figuras como Martín Lutero, Adolfo Von Harnack y Dibelius, entre otros, e influyó en la interpretación de la carta durante mucho tiempo.
Otros exégetas, al no encontrar una estructura epistolar tradicional en la carta de Santiago, han propuesto diferentes posibilidades basadas en modelos literarios del ámbito judío. Entre estas propuestas, destaca la estructura desarrollada por Emilio Betancur#Emilio Betancur, “Los ricos y los pobres en la Carta de Santiago”, Cuestiones teológicas 8, no 22 (1981), https:/ /revistas.upb.edu.co/index.php/cuestiones/article/view/6399/6022, 79-97. Accedido junio 14, 2022. https:/ /revistas.upb.edu.co/index.php/cuestiones/article/view/6399.:
a. Ciertas realidades religiosas 1:2—2:26
b. La llamada de los maestros 3:1-18
c. La mundanidad en contraste con la conducta cristiana de la vida 4:1—5:20
En la década de 1980, la aplicación de métodos estructurales al estudio de la epístola de Santiago trajo consigo un cambio radical en la perspectiva de la presentación del contenido. Estos métodos, que se basan en el análisis de simetrías, quiasmos y estructuras concéntricas. Este nuevo enfoque ha permitido comprender mejor la lógica interna del texto y ha contribuido a una interpretación más profunda del mensaje de la carta.
5. Bosquejo según la TCB
Saludo (1:1)
Alegría, paciencia, sabiduría y fe por identidad (1:2-8)
Las riquezas son pasajeras (1:9-11)
El premio que es la vida plena (1:12-18)
La conducta práctica en la vida cristiana (1:19-27)
No hagan acepción de personas (2:1-13)
La fe que no se refleja en obras es muerta (2:14-26)
Deben aprender a domar la lengua (3:1-12)
La sabiduría que viene de Dios (3:13-18)
La amistad con las tendencias pecaminosas del mundo (4:1-12)
No sean arrogantes y presumidos (4:13-17)
Advertencia a los ricos explotadores (5:1-6)
Tengan paciencia y manténganse firmes (5:7-12)
El poder de la oración versículo (5:13-20)
6. Perspectiva teológica
Si bien la carta de Santiago se compone de varias secciones, dos de ellas se destacan por la riqueza de los conceptos teológicos que presentan:
1. Ricos y pobres
La sección 4:13—5:6 contiene una temática común, aplica los conceptos pobres y ricos para mostrar las relaciones sociales en la comunidad. Los términos griegos utilizados son: ταπεινóς (tapeinós), “humilde” Santiago 1:9 y en 4:6. Según la Septuaginta Griega, de la raíz deriva ταπείνωσις (tapeínosis) “humillación” (1:10); ταπεινός (tapeinós), también significa “bajo, pobre, de escasos recursos, insignificante, débil” y solo cuando lo exige el contexto, se traduce como humilde en el sentido moral. En la carta se emplea en sentido socioeconómico, puede reconocerse esta aseveración por la confrontación expuesta con el sustantivo πλούσιος (ploúsios), “rico”.
Por lo cual, el tema de la pobreza y riqueza que se describe en la carta tiene un énfasis económico, social; es una crítica de dimensión profética a la religiosidad, así como lo hizo Amós#Raymond Brown, Introducción al Nuevo Testamento: Cartas y otros escritos, trad. Antonio Piñeiro, vol. 2 (Madrid, España: Editorial Trotta, 2002), 943., Santiago demanda una religión práctica, de comunidad solidaria y de justicia (1:27).
2. La fe y las obras
La sección de Santiago 2:14-26 en relación con Gálatas 2:16, son textos que apelan al ejemplo de Abraham (Gn. 15:6). Pero, en la sección de Santiago, la fe πίστις (pístis) adquiere un significado de práctica vital, argumenta que las obras ἔργον (ergon), se refieren a la conducta y comportamiento del creyente, resalta las obras que la comunidad y cada creyente debe realizar, el amor al prójimo, al necesitado, así, tal actitud indica que su obrar corresponde a la fe, a la creencia en Cristo.
7. Sobre la portada
Obra: El Buen Camino.
Medio: Bolígrafo y marcador negro, lápices de colores.
Artista: Yunuen González Gracia.
De entrada, podemos notar elementos como una picota y una bola de hierro con cadena y guillote (BlackBerry) en representación a todo el sufrimiento que va a pasar al momento de aceptar el llamado y empezar el camino del buen cristiano, hacia una vida plena.
Sin embargo, si superamos el llamado podremos recibir el premio que es la vida plena (Stg. 1:12 y Stg. 1:16), luego al centro podemos ver a una persona que representa al buen cristiano que guarda la ley de Dios, es humilde y predica la verdad de Dios, a la izquierda se aprecia la escalera la cual representa el final del camino. Al fondo unos trazos que representan el fuego del avivamiento espiritual (por eso en el centro se figura una paloma), se puede notar como los trazos forman un corazón el cual refleja el amor con el que debe predicarse la palabra de salvación, de no practicarla nosotros mismos nos engañamos (Stg. 1:22). También estos trazos forman dos copas a los lados reflejando que si nos mantenemos puros seremos utensilios especiales para Dios.
Si miramos más abajo, podemos observar que estos elementos están situados en una plataforma donde abajo hay pasto, la plataforma representa el camino del buen cristiano, todos los elementos arriba de este cimiento están basados en la verdad, paciencia y fe en Dios, tenemos que predicar sobre la verdad de Dios y esta verdad nos conducirá al cielo a reinar con Él.
Por último, el pasto que está debajo de la cimentación representa a toda la maldad, personas con tendencias pecaminosas, “Si tienen celos enfermizos, y hay envidia en sus corazones, no sean presumidos y mentirosos por esto, porque atentan contra la verdad” (Stg. 3:15). En el centro podemos notar a una persona que está en posición de meditación que representa a las personas que escuchan la palabra de salvación pero no la practican y ellos mismos se engañan (Stg. 1:22 y 1:24).
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Ευαγγελιο: Traducción Contemporánea de la Biblia.
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