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Honrar a Dios como Padre

Dios debe ser llamado santo porque es santo. Una definición para santo es "pura e libre de culpa". No hay falta o imperfección en Dios. No hay mal en Él. Nadie puede poner una culpa o acusación legítima a Su nombre. En cada situación que enfrentamos en la vida, podemos encontrar refugio en el nombre de Dios.

Cuando buscamos y hacemos a Dios grande en nuestras vidas, Él promete que nuestras vidas serán cumplidas. Sin embargo, esto es imposible cuando el nombre de Dios se usa trivialmente o profanamente. Tomar el nombre del Señor en vano es usarlo profano y casualmente. Al hacerlo, perdemos la fe en Su nombre, haciéndolo despreciable, ineficaz, inútil y de ningún valor real en nuestras vidas. Cuando usamos el nombre de Dios en vano, el poder de Su nombre en nuestras vidas se ve comprometido y se reduce a algo que es general y común.

A lo largo de la Biblia, vemos que se espera de nosotros que bendiga el nombre de nuestro Padre. El nombre de Dios debe ser usado con propósito e intención. Cuando tomamos tiempo para expresar que lo amamos y reconocemos el poder y la autoridad en Su nombre, no sólo Él es bendecido (exaltado), sino que también somos bendecidos (fortalecidos).