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«Las dimensiones de la gracia»

DAY 8 OF 8

«Si no morí por mi hermano no califico para condenarlo» 

«Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano?» ¡Cuántas veces ha dañado la reputación de la gente por llegar a conclusiones equivocadas! Una iglesia madura no juzga ni acusa a la gente, sino la restaura. 

¿Por qué no podemos juzgar al hermano? 

  • Porque no tenemos toda la información. Todo problema tiene dos caras. 
  • No siempre conocemos los motivos por los cuáles se hizo. 
  • La mayoría de las veces no somos objetivos, especialmente si lo que está pasando me afectó a mí y tengo la tendencia de exagerar, para verme bien dentro del problema. 
  • Cometemos muchos errores. 
  • Tenemos una perspectiva limitada y muchos prejuicios. 
  • Somos imperfectos e inconsistentes en la forma en que juzgamos. 

Amar a otros requiere demostrar nuestra libertad con sabiduría 

Hay creyentes que se reúnen a juzgar las diferencias, no para edificarse mutuamente, sino para trazar las líneas que los diferencian. El apóstol Pablo dijo, que si por causa de la comida, su hermano se ofende, no está actuando bien. Eso quiere decir que no podemos usar nuestra libertad como queramos. Hay que usarla con sabiduría. Porque si su libertad le permite ciertas cosas, no juzgue al que no lo hace. Si su libertad no se lo permite, no juzgue al que lo hace. Una marca de madurez, es no usar la libertad para herir a un hermano. La libertad se ejerce con sabiduría, no para discutir, subestimar y mofarse del otro. 

Una iglesia madura no controla, no se compara, se acepta mutuamente, se dan espacio para sus diferencias, usan su libertad con sabiduría.  Una iglesia madura puede expresar la gracia horizontal entre sus miembros. 

Por último déjeme aconsejarle: 

1. Proponga concentrarse en lo que edifica 

2. Disfrute su libertad con discreción 

3. Ejercite su libertad con los que la disfruten con usted 

4. No asuma la posición de Dios en la vida de nadie 

La gracia fraterna enseña que cuando uno de los nuestros resbala, los más espirituales deben restaurarlo. Ore por su hermano, por su amigo, por el que se sienta a su lado en la congregación. Pida a Dios que elimine su legalismo, y que pueda regocijarse en la diversidad, abrazarse con el que se sienta a su lado como hermanos en la fe. Y cuando uno de nosotros caiga, que el otro le extienda la mano sin mirar a qué nacionalidad representa. Lo importante es que tanto él, como usted y como yo, venimos de arriba.

Day 7