Haciendo Una DiferenciaSample

Dispuestos a dar nuestra vida

Luego de habernos convencido de que hemos sido llamados para hacer la diferencia y cómo podemos lograrlo, nos queda una pregunta: 

¿Cómo notará el mundo que estamos en serio y que el mensaje que predicamos es de beneficio eterno?

Si volvemos a la historia de Azarías, Ananías y Misael, así como la de Daniel en el foso de los leones, en una podemos ver al rey Nabucodonosor y en la otra al rey Darío reconocer al Dios de estos jóvenes como el Dios todopoderoso. Fue la fe valiente y diferente de estos jóvenes que dio testimonio y ejemplo a todos los espectadores de su fe en el Dios vivo. Estos jóvenes prefirieron morir antes que abandonar lo que habían aprendido. 

Comprendiendo esto entonces, debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿qué tan en serio tomamos nuestro mensaje? y ¿estamos dispuestos a dar nuestras vidas por nuestro mensaje? Si nosotros no creemos lo que decimos, tampoco nadie nos creerá. El que no cree en lo que predica no merece respeto. 

Durante el primer siglo la iglesia enfrentó una cruel persecución por parte del sistema político­religioso; sin embargo, el crecimiento de la iglesia no pudo ser detenido. ¿Por qué? Debido a que esos primeros cristianos daban con gozo su vida por Jesús y el mensaje del cual eran ellos portadores. ¿Y qué tal nosotros?