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Las estrellas de Dios son buenos ciudadanos
Los primeros cristianos fueron perseguidos muchas veces porque los demás veían su fe como una amenaza para la estabilidad social y política del imperio romano. Nada puede estar más lejos de la verdad. Los cristianos que brillan como estrellas son los mejores ciudadanos.
Es muy cierto que los cristianos tienen una doble nacionalidad: reconocen la autoridad de Dios y la del estado. Vivimos en dos mundos: en un reino sagrado y en un reino secular. ¿Podemos vivir en los dos reinos? ¡Por supuesto! San Pedro (a quien el emperador Nerón iba a martirizar un día por su fe) escribió: “Por causa del Señor someteos a toda institución humana. . . . Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey” (1 Pedro 2:13,17).
Todos los gobiernos humanos, incluso los malos, son en realidad agentes de Dios para la estabilidad y el orden. Será maravilloso que los cristianos como individuos y sus congregaciones no se limiten a buscar refugio y esconderse en sus santas fortalezas hasta el día del juicio; será maravilloso que salgan, vayan a su comunidad y ayuden, limpien, reparen y construyan. Será maravilloso que sus actos de amor y misericordia, dados con la libertad del amor y la misericordia de Cristo, toquen y bendigan la vida de su prójimo, no solo la de los miembros de su iglesia. Es maravilloso que los cristianos se abstengan respetuosamente de ridiculizar a los funcionarios elegidos, aunque estén en serio desacuerdo con ellos.
Amar a Dios es también amar a su país, usted lo sabe.
Los primeros cristianos fueron perseguidos muchas veces porque los demás veían su fe como una amenaza para la estabilidad social y política del imperio romano. Nada puede estar más lejos de la verdad. Los cristianos que brillan como estrellas son los mejores ciudadanos.
Es muy cierto que los cristianos tienen una doble nacionalidad: reconocen la autoridad de Dios y la del estado. Vivimos en dos mundos: en un reino sagrado y en un reino secular. ¿Podemos vivir en los dos reinos? ¡Por supuesto! San Pedro (a quien el emperador Nerón iba a martirizar un día por su fe) escribió: “Por causa del Señor someteos a toda institución humana. . . . Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey” (1 Pedro 2:13,17).
Todos los gobiernos humanos, incluso los malos, son en realidad agentes de Dios para la estabilidad y el orden. Será maravilloso que los cristianos como individuos y sus congregaciones no se limiten a buscar refugio y esconderse en sus santas fortalezas hasta el día del juicio; será maravilloso que salgan, vayan a su comunidad y ayuden, limpien, reparen y construyan. Será maravilloso que sus actos de amor y misericordia, dados con la libertad del amor y la misericordia de Cristo, toquen y bendigan la vida de su prójimo, no solo la de los miembros de su iglesia. Es maravilloso que los cristianos se abstengan respetuosamente de ridiculizar a los funcionarios elegidos, aunque estén en serio desacuerdo con ellos.
Amar a Dios es también amar a su país, usted lo sabe.
Scripture
About this Plan
Somos cristianos porque Dios nos escogió; decidió amarnos a pesar de nuestro pecado; envió a Jesús para vivir, morir, y resucitar, para nuestro perdón. Pertenecer a Dios implica cambio en nuestros caminos pecaminosos. Este plan de lectura le ayudará a hacer esos cambios en su comportamiento y en su vida, para que así brille como las estrellas.
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Nos gustaría agradecer a Time Of Grace por proveer este plan. Para más información, por favor visite: www.timegrace.org
