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Libérame de las prisiones mentales: Materialismo ¿Es su vida un éxito? ¿Se considera una persona exitosa? ¿Cómo cree que lo ven los demás? ¿Cómo mide el éxito? ¿Cuáles son las metas de su vida? ¿De quién desea la aprobación? Algunas personas miden el éxito en términos de la adquisición de cosas materiales. Las joyas de oro, un yate, y el vestuario de lujo proclaman “lo hice, soy alguien”. Y aparece la primera trampa: si pierde el trabajo o la fuente de ingresos, se puede sentir destruido como persona; de repente cree que es un don nadie. Segunda trampa: si entroniza el dinero y las posesiones en el corazón, ha levantado un ídolo, un falso dios que ni lo ama ni le va a ayudar. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora, pues él dijo: «No te desampararé ni te dejaré»” (Hebreos 13:5). Los cristianos de Egipto comenzaron en el siglo cuarto la costumbre de irse al desierto a vivir como ermitaños, separándose todo lo posible del contacto con el mundo (pecador). Esa opción no funciona para la mayor parte de la gente, pero lo que usted sí puede hacer es decidir qué es lo que más valora en su vida. Practique conmigo, y diga “Me gusta mi vida como es ahora mismo. No necesito adquirir cosas para impresionar a la gente. Mis relaciones son más importantes que mis cosas. ¡Soy alguien! Mi salvador es mi más precioso tesoro".